ACTAS DEL CONGRESO CNLSE
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PONENCIAS Y COMUNICACIONES <strong>DEL</strong> <strong>CONGRESO</strong> <strong>CNLSE</strong> SOBRE ADQUISICIÓN,<br />
74 APRENDIZAJE Y EVALUACIÓN DE LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA 2014<br />
1.2. Experimento 2<br />
El experimento 2 se centra en el coste que supone el cambio desde el castellano (L1) a la LSE (L2), así<br />
como el de la LSE al castellano en bilingües bimodales oyentes.<br />
Un entorno bilingüe suele caracterizarse por la presencia de dos lenguas y por la elección de una u<br />
otra para una comunicación efectiva. En los casos de los bilingües unimodales, esto es, bilingües en<br />
dos lenguas que comparten modalidad, como los bilingües en dos lenguas orales, es imposible la<br />
producción de más de una de las lenguas al mismo tiempo. Como la lengua oral se articula a través<br />
del tracto vocal, una de las lenguas tiene que ser seleccionada en detrimento de la otra. Muchos<br />
estudios han demostrado que en el momento anterior a la elección de una de las lenguas, las dos (o<br />
más) opciones siguen activas en el cerebro, aunque el discurso esté siendo planificado solamente<br />
en un idioma (Colomé, 2001; Kroll, Bobb, y Wodniecka, 2006; Meuter, 2005). Como consecuencia de<br />
esta decisión léxica, es decir, de la selección de una palabra en un idioma o en otro, se inhibe la otra<br />
lengua. Así, la lengua que no es meta de ese acto comunicativo, pasa a ser lengua competidora.<br />
Este modelo creado por Green (1998) es conocido como modelo de inhibición y es una explicación<br />
posible de cómo un bilingüe puede seleccionar y producir una lengua en un entorno bilingüe. En el<br />
caso de los bilingües bimodales, los estudios demuestran que la activación de las dos lenguas en<br />
el cerebro ocurre también (Emmorey, Borinstein, Thompson, y Gollan, 2008a). Sin embargo, en este<br />
caso no se da la inhibición de una de las lenguas, ya que los bilingües bimodales pueden producir<br />
ambas lenguas al mismo tiempo, por lo que no es necesario inhibir la lengua competidora (Emmorey,<br />
Luk, Pyers, y Bialystok, 2008b).<br />
Para conocer cómo se lleva a cabo esta decisión léxica en bilingües, un paradigma frecuentemente<br />
utilizado es una tarea de cambio entre lenguas (Costa, Santesteban, e Ivanova, 2006). Se ha demostrado<br />
ampliamente que, en general, en las tareas con más de una respuesta posible, estas respuestas<br />
alternativas compiten. Cambiar de un tipo de respuesta a otra conlleva un coste (Monsell, 2003; Wylie<br />
y Allport, 2000). Este coste del cambio de una alternativa a otra puede ser diferente: una respuesta<br />
puede requerir más tiempo que la otra.<br />
En el contexto del lenguaje, hacemos un esfuerzo cognitivo para cambiar de un código lingüístico a<br />
otro. En este sentido, se podría pensar que es más fácil cambiar de la L2 a la L1, ya que estamos más<br />
acostumbrados a usar nuestra lengua materna (L1). Sin embargo, los estudios demuestran que ocurre<br />
exactamente lo contrario: hay mayor dificultad para cambiar de la L2 a la L1. Por ejemplo, Meuter y<br />
Allport (1999) encontraron evidencias en un experimento hecho con bilingües en dos lenguas orales<br />
(es decir, bilingües unimodales) donde los participantes tenían que nombrar números del 1 al 9 en su<br />
L1 o en su L2, dependiendo del estímulo visual que veían en la pantalla. Dicho estímulo les indicaba<br />
en qué lengua debían contestar.