Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Besar</strong> a <strong>un</strong> <strong>Ángel</strong><br />
SUSAN ELIZABETH PHILLIPS<br />
—Pero quizá no he sido lo suficientemente imaginativa para ti. —Daisy pensó en los látigos. —<br />
Para ser sincera, no creo que pueda ser mucho más atrevida. Y deberías saber que el<br />
sadomasoquismo no es lo mío.<br />
Por <strong>un</strong> momento Alex pareció conf<strong>un</strong>dido, luego sonrió.<br />
—¿Te dan miedo los látigos?<br />
—Es difícil no pensar en ellos cuando los veo por todas partes.<br />
—Supongo que tan difícil como me resulta a mí pensar que alguien tan interesado en el sexo<br />
fuera todavía virgen.<br />
—No dije que estuviera interesada. Sólo estaba tratando de que nos entendiéramos. Y en lo<br />
que se refiere a mis creencias, poco antes de morir mi madre tenía amantes más jóvenes que yo.<br />
De verdad que lo odiaba.<br />
Alex se levantó de la cama.<br />
—¿Por qué no me has dicho que eras virgen?<br />
—¿Hubiera cambiado algo?<br />
—No sé. Tal vez. Sin duda alg<strong>un</strong>a no hubiera sido tan rudo.<br />
Daisy abrió los ojos con sorpresa.<br />
—¿Estabas siendo rudo?<br />
Alex relajó las duras líneas de su boca. Se sentó al lado de ella y le pasó el pulgar por los labios.<br />
—¿Qué voy a hacer contigo?<br />
—Tengo <strong>un</strong>a idea, pero a lo mejor no te gusta.<br />
—Dime.<br />
—¿Podríamos... no sé exactamente cuánto tiempo lleva recuperarse, pero... cuando lo hagas...?<br />
—¿Estás intentando decir que te gustaría repetir?<br />
—Sí.<br />
—Está bien, cariño. —Él sonrió, pero parecía preocupado. —Supongo que alguien que ha<br />
esperado tanto, tiene que recuperar el tiempo perdido.<br />
Daisy abrió los labios, ansiosa por besarlo, pero él retiró la sábana y la avergonzó diciéndole<br />
que no haría nada hasta asegurarse de que estaba bien. Ignorando las protestas de la joven, Alex<br />
se deshizo de las medias e hizo justo lo que le había dicho. Cuando finalmente comprobó que no le<br />
había hecho daño, comenzó a seducirla de nuevo. La lluvia repiqueteaba contra las ventanas y,<br />
después de amarse, Daisy se h<strong>un</strong>dió en el primer sueño reparador en meses.<br />
Apenas había amanecido cuando él comenzó a agredirla verbalmente. Y todo porque él la había<br />
distraído antes de que ella hubiera tenido tiempo de explicarle <strong>un</strong> pequeño detalle.<br />
—Pensé que sabías lo que decías. ¡Lo pensé! Dios mío, qué asno soy. Merezco estar casado<br />
contigo. ¿Cómo pude pensar que estabas bien informada sobre eso cuando no haces nada a<br />
derechas?<br />
Después de la tierna magia de la noche anterior, aquel ataque era doblemente hiriente. Al<br />
principio, la cólera de Alex había sido fría y calmada, pero ahora era como si hubiera estallado <strong>un</strong>a<br />
válvula a presión.<br />
Escaneado por PACI <strong>–</strong> Corregido por Mara Adilén Página 111