Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
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—¿Pero no lo oíste anoche?<br />
<strong>Besar</strong> a <strong>un</strong> <strong>Ángel</strong><br />
SUSAN ELIZABETH PHILLIPS<br />
—Eso es como <strong>un</strong>o de esos cuentos de P. T. Barnum para el circo —dijo refiriéndose al popular<br />
artista circense que se inventaba fantásticas historias para hacer más emocionantes los<br />
espectáculos. —Sé que alguien tuvo que enseñarte a cabalgar y usar el látigo, pero no creo que<br />
fueran los cosacos. —Hizo <strong>un</strong>a pausa. —¿O sí?<br />
Él se rio entre dientes.<br />
—¿Algo más, cara de ángel?<br />
No iba a dejar que se le escapara otra vez.<br />
—¿Cuánto llevas en el circo?<br />
—He viajado con el circo de los Hermanos Quest desde la adolescencia hasta que cumplí los<br />
veinte. Desde entonces voy y vengo.<br />
—¿Qué haces el resto del tiempo?<br />
—Ya sabes la respuesta a eso. Estoy en prisión por asesinar a <strong>un</strong>a camarera.<br />
Ella entrecerró los ojos, haciéndole saber que lo tenía bien calado.<br />
—¿No trabajas de gerente en el circo todo el tiempo?<br />
—No.<br />
Puede que si dejaba de presionarlo <strong>un</strong> rato, le sacase más información personal.<br />
—¿Quiénes eran los Hermanos Quest?<br />
—Sólo era Owen Quest. Se llama así por seguir la tradición de los Hermanos Ringling. La gente<br />
del circo considera que es mejor que todos crean que el circo es de <strong>un</strong>a familia a<strong>un</strong>que no sea así.<br />
Owen fue el propietario del circo durante veinticinco años y, <strong>un</strong> poco antes de morir, me pidió que<br />
terminara la temporada por él.<br />
—Menudo sacrificio para ti. —Ella lo miró expectante y, en vista de que él no respondía, lo<br />
aguijoneó <strong>un</strong> poco más. —Dejar de lado tu vida normal..., tu trabajo de verdad...<br />
—Mmm. —Ignorando el interrogatorio de Daisy, Alex hizo que se fijara en <strong>un</strong>a señal de la<br />
carretera. —Avísame si ves más indicaciones como esa, ¿vale?<br />
Ella vio tres flechas rojas de cartón. Cada <strong>un</strong>a de ellas tenía impresas <strong>un</strong>as letras azules y<br />
señalaban hacia la izquierda.<br />
—¿Para qué son?<br />
—Nos guían hasta el recinto donde daremos la próxima f<strong>un</strong>ción. —Desaceleró al acercarse a <strong>un</strong><br />
cruce y giró a la izquierda. —Dobs Murria, <strong>un</strong>o de nuestros hombres, sale <strong>un</strong>a noche antes que<br />
nosotros y las va colocando. Es para indicar la ruta.<br />
Ella bostezó.<br />
—Tengo muchísimo sueño. En cuanto lleguemos, voy a echar <strong>un</strong>a buena siesta.<br />
—Vas a tener que conformarte con dormir de noche. El circo no mantiene a inútiles; todos<br />
trabajamos, incluso los niños. Vas a tener que hacer cosas.<br />
—¿Esperas que trabaje?<br />
—¿Acaso temes romperte <strong>un</strong>a uña?<br />
—No soy la niña mimada que crees.<br />
Él le dirigió <strong>un</strong>a mirada de incredulidad, pero Daisy intentaba evitar otra discusión e ignoró el<br />
cebo que él le estaba tendiendo.<br />
Escaneado por PACI <strong>–</strong> Corregido por Mara Adilén Página 39