Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Daisy se desabrochó otro botón.<br />
—¿Qué tendría que hacer para conseguir la llave del contacto?<br />
—¿Llevas sujetador?<br />
—Sí.<br />
—Pues quitártelo.<br />
<strong>Besar</strong> a <strong>un</strong> <strong>Ángel</strong><br />
SUSAN ELIZABETH PHILLIPS<br />
Daisy sabía que debería poner fin al juego en ese momento, pero se desabrochó el siguiente<br />
botón.<br />
—Bueno, supongo que como eres el responsable de la camioneta, es normal que pongas tú las<br />
reglas.<br />
Se tomó su tiempo con los últimos botones. Cuando estuvieron todos abiertos, agarró las<br />
solapas de la blusa y jugueteó con ellas, tomándole el pelo, a<strong>un</strong>que sabía que lo estaba<br />
provocando.<br />
—Quizá debería pensármelo <strong>un</strong> poco más.<br />
—No hagas que me ponga duro. —El ronco susurro de Alex no era amenazador, pero hizo que<br />
Daisy se pusiera a temblar.<br />
—Ya que te pones así... —abrió la blusa, mostrando <strong>un</strong> sujetador con <strong>un</strong> estampado floral.<br />
—Quítatelo también.<br />
Daisy se lo acarició con la mano, pero no lo abrió.<br />
—Haz lo que te digo y nadie resultará herido.<br />
Daisy no pudo ocultar <strong>un</strong>a sonrisa mientras abría el broche. Se desprendió lentamente de las<br />
húmedas copas de encaje que le cubrían los pechos y se exhibió ante él con descarado<br />
atrevimiento, sin haberse desnudado del todo, pero con la blusa abierta y los pechos desnudos.<br />
—Eres preciosa. —El susurrante cumplido de Alex la hizo sentir la mujer más bella del m<strong>un</strong>do.<br />
—¿Lo bastante para que me des la llave del contacto?<br />
—Lo suficiente para que te dé toda la puta camioneta.<br />
En dos pasos la tomó entre sus brazos. Alex bajó la cabeza con rapidez y le cubrió la boca con la<br />
suya, y Daisy sintió que el m<strong>un</strong>do comenzaba a girar como <strong>un</strong> loco carrusel. Él se deshizo de la<br />
camisa de Daisy fácilmente, bajándosela por los hombros; luego la agarró por las caderas y la alzó<br />
lo justo para rozarla contra las suyas. Daisy lo sintió duro y exigente, y supo que el tiempo de jugar<br />
había terminado.<br />
La sangre rugió ardiente y necesitada en las venas de Daisy. Separó los labios para que la lengua<br />
de Alex penetrara en su boca mientras él la cogía en brazos y la llevaba a la cama donde la dejó<br />
caer sin ningún miramiento.<br />
—Estoy sucia y sudada.<br />
—Yo también, así que no hay problema. —Con <strong>un</strong> rápido movimiento Alex se quitó la<br />
manchada camiseta por la cabeza. —Vas demasiado vestida para mi gusto.<br />
Daisy se deshizo de los zapatos y se desabrochó los vaqueros, pero al parecer no con la<br />
suficiente rapidez para él.<br />
—¿Por qué tardas tanto? —En <strong>un</strong>os instantes Alex le había arrancado la ropa para dejarla tan<br />
desnuda como él.<br />
Escaneado por PACI <strong>–</strong> Corregido por Mara Adilén Página 127