Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
—Heather...<br />
<strong>Besar</strong> a <strong>un</strong> <strong>Ángel</strong><br />
SUSAN ELIZABETH PHILLIPS<br />
—Lo siento, les fastidia mucho. —Desmigó distraídamente la corteza del pan. —¿Puedo<br />
preg<strong>un</strong>tarte <strong>un</strong>a cosa? Es sobre... bueno..., sobre cuando se mantienen relaciones sexuales y todo<br />
eso. Lo que quiero decir es, ¿no se siente vergüenza?<br />
Daisy se dio cuenta de que Heather se había estado mordiendo las uñas y supo que no era<br />
porque le preocupara el tema del sexo, sino porque sentía remordimientos de conciencia.<br />
—Cuando es correcto, no da vergüenza.<br />
—Pero ¿cómo sabes cuándo es correcto?<br />
—Hay que dar tiempo al tiempo y conocer bien a la otra persona. Heather, deberías esperar<br />
hasta estar casada.<br />
Heather puso los ojos en blanco.<br />
—Ahora nadie espera hasta estar casado.<br />
—Yo lo hice.<br />
—Sí, pero tú estás algo...<br />
—¿Algo zumbada?<br />
—Sí, pero eres muy maja. —Heather abrió los ojos como platos y mostró el primer signo de<br />
animación en semanas. Dejó su refresco sobre la mesa. —¡Oh, Dios! ¡No mires!<br />
—¿Mirar qué?<br />
—La puerta. Acaba de entrar aquel chico que estuvo hablando conmigo ayer. Oh, Dios... qué<br />
bueno está...<br />
—¿Quién es?<br />
—El que está en la caja. ¡No mires! Lleva <strong>un</strong> chaleco negro y pantalones cortos. Vale, mira<br />
deprisa, pero que no te pille haciéndolo.<br />
Daisy observó el área de las cajas con el mayor disimulo que pudo. Vio a <strong>un</strong> adolescente<br />
estudiando el menú. Era de la edad de Heather, con <strong>un</strong> espeso cabello castaño y <strong>un</strong>a expresión<br />
adorablemente bobalicona en la cara. Daisy estaba contenta de que, por fin, Heather actuara<br />
como <strong>un</strong>a adolescente normal y no como si cargara el peso del m<strong>un</strong>do sobre sus hombros.<br />
—¡Ay, Dios! ¡Me va a ver! —gimió Heather. —¡Oh, joder! Mi pelo...<br />
—No digas palabrotas. Y estás estupenda.<br />
Heather h<strong>un</strong>dió la cabeza y Daisy supo que el chico se estaba acercando.<br />
—Hola...<br />
Heather ganó tiempo revolviendo el hielo de la Coca-Cola antes de levantar la vista.<br />
—Hola...<br />
Los dos se ruborizaron a la vez y Daisy supo que ambos estaban pensando algo brillante que<br />
decir. Fue el chico quien habló primero.<br />
—¿Qué hay de nuevo?<br />
—Nada.<br />
—¿Estarás hoy por aquí? Digo..., me refiero, en el circo.<br />
—Sí.<br />
—Vale, entonces iré a verte.<br />
Escaneado por PACI <strong>–</strong> Corregido por Mara Adilén Página 189