Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Besar</strong> a <strong>un</strong> <strong>Ángel</strong><br />
SUSAN ELIZABETH PHILLIPS<br />
—Er... ¿puedo hablar contigo <strong>un</strong> momento, papá? —hizo la preg<strong>un</strong>ta como si tuviera <strong>un</strong>a rana<br />
enorme en la garganta y croara en vez de hablar.<br />
—Pensaba que estabas dormida.<br />
—No puedo dormir.<br />
—¿Otra vez? ¿Qué te pasa últimamente?<br />
—Es que... —Heather se retorció las manos. Brady se iba a enfadar cuando se lo dijera, pero no<br />
podía seguir así, sabiendo que le había jodido la vida a Daisy y sin hacer nada para remediarlo.<br />
—¿Qué te pasa, Heather? ¿Todavía te preocupa que se te haya caído el aro esta noche?<br />
—No.<br />
—Bien, porque no deberías preocuparte por eso. A<strong>un</strong>que deberías concentrarte más. Cuando<br />
Matt y Rob tenían tu edad...<br />
—¡No soy ni Matt ni Rob! —Estalló. —¡Siempre Matt y Rob! ¡Matt y Rob! ¡Ellos son perfectos y<br />
a mí todo me sale mal!<br />
—No he dicho eso.<br />
—Es lo que piensas. Siempre me comparas con ellos. Si hubiera venido a vivir contigo después<br />
de morir mamá en vez de quedarme con tía Terry, ahora lo haría mejor.<br />
Brady no se enfadó sino que se frotó el brazo y ella supo que le molestaba la tendinitis.<br />
—Heather, hice lo que era mejor para ti. Ésta no es <strong>un</strong>a vida fácil.<br />
—Me gusta vivir así. Me gusta el circo.<br />
—No me entiendes.<br />
Heather se sentó en <strong>un</strong>a silla a su lado porque era más fácil hablar si estaba a la misma altura<br />
que él. Ése había sido el mejor y el peor verano de su vida. El mejor gracias a Daisy y a Sheba.<br />
A<strong>un</strong>que no se llevaban bien entre sí, las dos se preocupaban por ella. Si bien n<strong>un</strong>ca lo reconocería<br />
ante Daisy, le gustaba que le riñera por decir palabrotas, fumar y hablar de sexo. Daisy era<br />
graciosa y no tenía ni pizca de arrogancia, siempre te estaba acariciando el brazo y cosas por el<br />
estilo.<br />
Sheba se preocupaba por ella de otra manera. La defendía cuando sus hermanos se<br />
comportaban de manera aborrecible, y se aseguraba de que comiera cosas sanas en vez de<br />
comida basura. La ayudaba a ensayar y n<strong>un</strong>ca le gritaba, ni siquiera cuando no lo hacía bien. Sheba<br />
tenía buen corazón, siempre la peinaba o le corregía la postura, o le daba <strong>un</strong>a palmadita de ánimo<br />
cuando terminaba la actuación.<br />
Conocer a Kevin la semana anterior también había sido genial. Habían prometido escribirse.<br />
A<strong>un</strong>que no la había llegado a besar, estaba segura de que había querido hacerlo.<br />
Todo lo demás había sido horrible. Se había humillado ante Alex y aún se ruborizaba cuando<br />
pensaba en ello. Su padre siempre parecía disgustado con ella. Pero lo peor de todo era lo que le<br />
había hecho a Daisy, algo tan horrible que su conciencia no le dejaba vivir ni <strong>un</strong> minuto más sin<br />
confesarlo.<br />
—Papá tengo que contarte algo. —Se agarró las manos con fuerza. —Algo muy malo.<br />
Él se puso rígido.<br />
—No estarás embarazada, ¿no?<br />
—¡No! —Heather se ruborizó. —¡Siempre piensas lo peor de mí!<br />
Escaneado por PACI <strong>–</strong> Corregido por Mara Adilén Página 194