Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Besar</strong> a <strong>un</strong> <strong>Ángel</strong><br />
SUSAN ELIZABETH PHILLIPS<br />
Daisy no estaba interesada en los diabólicos hijos de Brady e ignoró la inconf<strong>un</strong>dible nota de<br />
orgullo en su voz.<br />
—Entonces, ¿Heather acaba de venirse a vivir contigo?<br />
—Llegó el mes pasado, pero suele pasar conmigo <strong>un</strong> par de semanas en verano. A<strong>un</strong>que claro,<br />
no es como vivir aquí todo el año.<br />
Cuando lo vio fr<strong>un</strong>cir el ceño, se dio cuenta de que la situación no estaba resultando como él<br />
había planeado, pero Daisy ya tenía suficientes dificultades con su propio padre como para sentir<br />
otra p<strong>un</strong>zada de compasión hacia Heather. No era de extrañar que fumara y se enamorara de<br />
hombres mayores que ella. A<strong>un</strong>que Brady Pepper era innegablemente atractivo, no parecía ser el<br />
más paciente de los padres.<br />
—Ya he conocido a Heather. Parece <strong>un</strong>a chica muy sensible.<br />
—Demasiado sensible diría yo. Ésta es <strong>un</strong>a vida dura y Heather es demasiado blanda. —Brady<br />
se levantó bruscamente. —Me voy antes de que comience a llegar la gente. Encantado de<br />
conocerte, Daisy.<br />
—Igualmente.<br />
Cuando llegó a la puerta le dirigió otra de esas miradas de rompecorazones.<br />
—Alex es <strong>un</strong> hombre afort<strong>un</strong>ado.<br />
Ella sonrió educadamente y deseó que también Alex pensase de esa manera.<br />
Sólo después de que comenzara la seg<strong>un</strong>da f<strong>un</strong>ción pudo Daisy abandonar la taquilla y observar<br />
la actuación de Alex. Esperaba que volver a ver el espectáculo diluyera la impactante sensación<br />
que había experimentado la noche anterior, pero la habilidad de su marido le pareció todavía más<br />
impresionante. ¿Dónde había aprendido a hacer esas cosas?<br />
Hasta que no terminó la f<strong>un</strong>ción no recordó que debía acabar de ordenar la caravana. Regresó<br />
rápidamente y estaba abriendo la puerta cuando Jill, con Frankie encaramado de nuevo a sus<br />
hombros, la llamó. Al ver a Daisy, el mono comenzó a chillar inmediatamente y a taparse los ojos.<br />
—Cállate, bicho malo. Ven, Daisy, quiero enseñarte <strong>un</strong>a cosa.<br />
Daisy cerró la puerta de la caravana con rapidez, antes de que Jill pudiese ver el desorden del<br />
interior y se diera cuenta de la terrible ama de casa que era. La joven la tomó del brazo y la<br />
condujo por la hilera de caravanas. A la izquierda pudo veraJackDaily.cl maestro de ceremonias,<br />
hablando con Alex mientras los trabajadores comenzaban a apilar las gradas.<br />
—¡Ay! —Daisy dio <strong>un</strong> chillido cuando sintió <strong>un</strong> fuerte tirón del pelo.<br />
Frankie chilló.<br />
—Niño malo —canturreó Jill, mientras Daisy se colocaba lejos del alcance del chimpancé. —<br />
Ignóralo. En cuanto comprenda que no le haces caso te dejará en paz.<br />
Daisy decidió no decirle lo mucho que dudaba que eso sucediera.<br />
Rodearon la última caravana y Daisy soltó <strong>un</strong> jadeo sorprendida al ver a muchos de los artistas,<br />
todavía con ropa de actuación, alrededor de <strong>un</strong>a mesa plegable sobre la que había <strong>un</strong>a tarta<br />
rectangular con <strong>un</strong>os novios de plástico en el centro. Madeline, la chica que había conocido antes,<br />
estaba cerca del pastel, j<strong>un</strong>to con Brady Pepper y sus hijos, el más joven de los Lipscomb, varios<br />
payasos y otros muchos empleados que había conocido antes. Sólo Heather parecía haberse<br />
quedado al margen.<br />
Escaneado por PACI <strong>–</strong> Corregido por Mara Adilén Página 48