10.05.2013 Views

Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel

Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel

Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Alex se apartó, como si no pudiera soportar su contacto.<br />

—¿Qué coño quieres decir?<br />

—Si quieres al tigre, tendrás que suplicar por él.<br />

—Vete al infierno.<br />

—El gran Alex Markov tendrá que ponerse de rodillas y rogar.<br />

—Antes prefiero morir.<br />

—¿No lo harás?<br />

<strong>Besar</strong> a <strong>un</strong> <strong>Ángel</strong><br />

SUSAN ELIZABETH PHILLIPS<br />

—Ni en <strong>un</strong> millón de años. —Alex apoyó las manos en las caderas. —Puedes hacer lo que te dé<br />

la gana con ese puto tigre, pero no me pondré de rodillas delante de ti ni de nadie.<br />

—Me sorprendes. Estaba segura de que lo harías por esa pequeña boba. Debería haber<br />

imaginado que no la amas de verdad. —Por <strong>un</strong> momento Sheba levantó la mirada a las sombras<br />

de la cubierta, luego volvió a mirarlo. —Lo sospechaba. Debería haberme fiado de mi instinto.<br />

¿Cómo podrías amarla? Eres demasiado despiadado para amar a nadie.<br />

—Tú no sabes lo que siento por Daisy.<br />

—Sé que no la amas lo suficiente como para ponerte de rodillas y suplicar por ella. —Lo miró<br />

con aire satisfecho. —Así que yo gano. Gano de todas maneras.<br />

—Estás loca.<br />

—Haces bien en negarte. Una vez me arrodillé por amor y no se lo recomiendo a nadie.<br />

—Jesús, Sheba. No hagas esto.<br />

—Tengo que hacerlo —la voz de la dueña del circo había perdido todo rastro de burla. —Nadie<br />

humilla a Sheba Quest sin pagarlo. Lo mires como lo mires, serás tú quien pierda hoy. ¿Estás<br />

seguro de que no quieres reconsiderarlo?<br />

—Estoy seguro.<br />

Daisy supo en ese momento que había perdido a Sinj<strong>un</strong>. Alex no era como otros hombres. Se<br />

sostenía a base de acero, valor y orgullo. Si se rebajase, el hombre que era se destruiría. Inclinó la<br />

cabeza e intentó darse la vuelta para marcharse, pero Brady le bloqueaba el paso.<br />

—Sabes la ironía de todo esto, Daisy lo haría —dijo Alex con voz tensa y dura. —Ni siquiera se<br />

lo pensaría dos veces. —Soltó <strong>un</strong>a carcajada que no contenía ni pizca de humor. —Se pondría de<br />

rodillas en menos de <strong>un</strong> seg<strong>un</strong>do porque tiene <strong>un</strong> corazón tan grande que es capaz de responder<br />

por todos. No le importan ni el honor ni el orgullo ni nada por el estilo si el bienestar de las<br />

criaturas que ama está en peligro.<br />

—¿Y qué? —se burló Sheba. —No veo aquí a Daisy. Sólo te veo a ti. ¿Qué será, Alex, tu orgullo<br />

o el tigre? ¿Vas a ren<strong>un</strong>ciar a todo por amor o te aferrarás a ese orgullo que tanto te importa?<br />

Hubo <strong>un</strong> largo silencio. Cuando las lágrimas comenzaron a deslizarse por la cara de Daisy, ésta<br />

supo que tenía que escapar. Pasó j<strong>un</strong>to a Brady, pero se detuvo cuando oyó el fiero comentario de<br />

éste.<br />

—Qué hijo de puta.<br />

Se giró con rapidez y vio que Alex seguía de pie frente a Sheba, en silencio, con la cabeza alta,<br />

pero sus rodillas comenzaban a doblarse. Esas poderosas rodillas Romanov. Esas orgullosas<br />

rodillas Markov. Poco a poco, su marido se dejó caer en el serrín, pero Daisy supo que jamás había<br />

parecido más arrogante, ni más inquebrantable.<br />

—Suplícamelo —susurró Sheba.<br />

Escaneado por PACI <strong>–</strong> Corregido por Mara Adilén Página 247

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!