Susan Elizabeth Phillips – Besar a un Ángel
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CAPÍ ÍTULLO 18<br />
<strong>Besar</strong> a <strong>un</strong> <strong>Ángel</strong><br />
SUSAN ELIZABETH PHILLIPS<br />
Durante los meses de j<strong>un</strong>io y julio, el circo de los Hermanos Quest pasó el ecuador de la gira<br />
mientras se dirigía hacia el oeste a través de pueblos de Pensilvania y Ohio. Alg<strong>un</strong>as veces seguían<br />
el curso de <strong>un</strong> río: Allegheny, Monongahela, Hocking, Scioto y Maumee. Actuaron en pueblos<br />
pequeños que habían sido olvidados por los circos grandes, pueblos mineros con las minas<br />
cerradas, pueblos con molinos abandonados, pueblos con fábricas clausuradas. Los circos más<br />
famosos podían haber olvidado a la gente común de Pensilvania y Ohio, pero el de los Hermanos<br />
Quest la recordaba y la f<strong>un</strong>ción continuaba.<br />
La primera semana de agosto, el circo llegó a Indiana y Daisy n<strong>un</strong>ca había sido más feliz en su<br />
vida. Cada día era <strong>un</strong>a aventura. Se sentía como si fuera <strong>un</strong>a persona diferente: fuerte, confiada y<br />
capaz de defenderse por sí misma. Desde la fuga de Sinj<strong>un</strong> se había ganado el respeto de los<br />
demás y ya no la trataban como a <strong>un</strong>a paria. Las showgirls intercambiaban chismes con ella y los<br />
payasos le pedían opinión sobre los trucos nuevos.<br />
Brady la buscaba para hablar de política y la ayudaba 4 mejorar el tono muscular con las pesas.<br />
Y Heather pasaba <strong>un</strong> rato con ella todos los días salvo que estuviera Alex cerca.<br />
—¿Has estudiado psicología? —le preg<strong>un</strong>tó Heather <strong>un</strong>a tarde a principios de agosto cuando<br />
estaban almorzando en el McDonald's de <strong>un</strong> pueblo donde estaban actuando, al este de Indiana.<br />
—Durante <strong>un</strong>os meses. Tuve que abandonar el colegio antes de terminar el curso. —Daisy<br />
cogió <strong>un</strong>a patata frita, la mordisqueó y luego la dejó donde estaba. La comida frita no le sentaba<br />
bien últimamente. Se puso la mano sobre el vientre y se obligó a concentrarse en lo que Heather<br />
decía.<br />
—Creo que estudiaré psicología. Lo digo porque, después de todo lo que he pasado, creo que<br />
podría ayudar a bastantes niños.<br />
—Seguro que sí.<br />
Heather parecía preocupada, algo raro en ella. Sin embargo, la menuda adolescente se<br />
mostraba animada cuando estaba con ella. A<strong>un</strong>que Daisy sabía que el tema del dinero robado le<br />
pesaba en la conciencia, la joven jamás lo había mencionado.<br />
—¿Te ha dicho Alex algo de...? ¿Se ha reído de lo tonta que fui y todo eso?<br />
—No, Heather. Te aseguro que ni siquiera ha vuelto a pensar en ello.<br />
—Cada vez que me acuerdo de lo que hice me muero de vergüenza.<br />
—Alex está acostumbrado a que las mujeres se le echen encima. Si te digo la verdad, no creo<br />
que se acuerde siquiera.<br />
—¿De veras? Creo que sólo lo dices para que me sienta mejor.<br />
—Le caes genial, Heather. Y te aseguro que no cree que seas tonta.<br />
—Parecías muy cabreada cuando nos encontraste j<strong>un</strong>tos.<br />
Daisy contuvo <strong>un</strong>a sonrisa.<br />
—No es muy agradable para <strong>un</strong>a mujer mayor ver como <strong>un</strong>a chica va detrás de su hombre.<br />
Heather asintió con aire de entendida.<br />
—Sí. Pero, Daisy, no creo que Alex le echara <strong>un</strong> polvo a nadie que no fueras tú. Te lo juro. Les<br />
he oído comentar a Jill y a Madeline que ni siquiera las mira cuando toman el sol en biquini. Creo<br />
que les jode mucho.<br />
Escaneado por PACI <strong>–</strong> Corregido por Mara Adilén Página 188