Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...
Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...
Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Doctrina</strong> y <strong>Convenios</strong> 54<br />
al mundo al hacer convenios con el Señor por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
or<strong>de</strong>nanzas <strong>de</strong>l Evangelio y al guardarlos.<br />
Lean <strong>la</strong> <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ración <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte George Q. Cannon que<br />
se encuentra en el comentario correspondiente a <strong>Doctrina</strong> y<br />
<strong>Convenios</strong> 53:2 en <strong>Doctrina</strong> y <strong>Convenios</strong>, Manual para el alumno:<br />
Religión 324–325 (págs. 107–108). Analice con <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se por<br />
qué lo que miramos, leemos, escuchamos y vestimos pue<strong>de</strong><br />
ayudarnos a acercarnos al Salvador o a ser más como el mundo.<br />
Lean <strong>Doctrina</strong> y <strong>Convenios</strong> 53:7 y pregunte:<br />
• ¿Por cuánto tiempo espera el Señor que renunciemos al<br />
mundo?<br />
• ¿Qué promesas se dan a quienes perseveren hasta el fin?<br />
• ¿Qué características <strong>de</strong>bemos cultivar para que nos ayu<strong>de</strong>n<br />
a perseverar?<br />
Otras fuentes <strong>de</strong> estudio<br />
• La historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Iglesia</strong> en <strong>la</strong> dispensación <strong>de</strong>l cumplimiento <strong>de</strong><br />
los tiempos: Religión 341–343, pág. 112.<br />
• <strong>Doctrina</strong> y <strong>Convenios</strong>, Manual para el alumno: Religión 324–325,<br />
págs. 108–109.<br />
Sugerencias para <strong>la</strong> enseñanza<br />
<strong>Doctrina</strong> y <strong>Convenios</strong> 54. Quienes guar<strong>de</strong>n los<br />
mandamientos recibirán <strong>la</strong>s bendiciones <strong>de</strong> Dios,<br />
mientras que quienes no lo hagan recibirán Sus juicios.<br />
(20–25 minutos.)<br />
Comparta el siguiente re<strong>la</strong>to que narró el él<strong>de</strong>r F. Burton<br />
Howard, miembro <strong>de</strong> los Setenta, sobre un <strong>la</strong>rgo viaje <strong>de</strong> diez<br />
horas, en automóvil, que hizo con su esposa y su pequeño hijo:<br />
Introducción<br />
<strong>Doctrina</strong> y <strong>Convenios</strong> 54<br />
El quebrantar convenios sagrados es algo muy grave. El él<strong>de</strong>r<br />
Boyd K. Packer, en ese entonces miembro <strong>de</strong>l Quórum <strong>de</strong> los<br />
Doce, enseñó:<br />
“Guar<strong>de</strong>n sus convenios y estarán a salvo; quebrántenlos<br />
y per<strong>de</strong>rán todo…<br />
“…Es imposible que quebrantemos nuestros convenios y<br />
escapemos a <strong>la</strong>s consecuencias” (véase “Los convenios”,<br />
Liahona, enero <strong>de</strong> 1991, pág. 96).<br />
El él<strong>de</strong>r Neal A. Maxwell preguntó:<br />
“¿Cómo po<strong>de</strong>mos los miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Iglesia</strong>, en forma<br />
individual, sobrevivir espiritualmente si no honramos nuestros<br />
convenios? ¿Cómo po<strong>de</strong>mos sobrevivir espiritualmente si<br />
quebrantamos <strong>de</strong> lleno los convenios que hicimos al bautizarnos<br />
o en el santo templo?” (“Porque yo os guiaré”, Liahona, julio<br />
<strong>de</strong> 1988, pág. 8).<br />
Los acontecimientos que llevaron a <strong>la</strong> reve<strong>la</strong>ción registrada<br />
en <strong>Doctrina</strong> y <strong>Convenios</strong> 54 sirven <strong>de</strong> ejemplo sobre <strong>la</strong>s<br />
consecuencias <strong>de</strong> quebrantar los convenios que se hacen<br />
con Dios.<br />
Algunos principios importantes<br />
<strong>de</strong>l Evangelio para tener en cuenta<br />
• Los justos serán liberados y <strong>de</strong>scansarán <strong>de</strong> <strong>la</strong> tribu<strong>la</strong>ción al<br />
ejercer fe en Dios, arrepentirse, y al ser humil<strong>de</strong>s y pacientes<br />
(véase D. y C. 54:3, 10; véase también Mosíah 24:8–16).<br />
• Quienes guar<strong>de</strong>n los mandamientos recibirán <strong>la</strong>s bendiciones<br />
<strong>de</strong> Dios, mientras que quienes no lo hagan recibirán Sus<br />
juicios (véase D. y C. 54:4–6; véase también Mosíah 2:38;<br />
Alma 34:16).<br />
“Al atar<strong>de</strong>cer y cuando todavía nos quedaban dos horas<br />
<strong>de</strong> viaje por <strong>de</strong><strong>la</strong>nte, <strong>de</strong>cidimos jugar a un juego con él;<br />
el objetivo era que al fin se quedara dormido por estar<br />
tan agotado. El juego era ‘<strong>la</strong>s escondidas’. ¿Han tratado<br />
alguna vez <strong>de</strong> jugar al escondite en un auto? Esto fue<br />
lo que hicimos: invitamos a nuestro hijito a jugar a <strong>la</strong>s<br />
escondidas y él aceptó entusiasmado. Entonces le dijimos:<br />
‘Cierra los ojos y no los abras hasta que te l<strong>la</strong>memos.<br />
Necesitamos tiempo para escon<strong>de</strong>rnos’.<br />
“Y empezó el juego. El pasajero <strong>de</strong> a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte se agachaba<br />
en el asiento y diez o quince segundos más tar<strong>de</strong> lo<br />
l<strong>la</strong>mábamos: ‘Bueno, busca’. Nuestro hijo se asomaba<br />
sobre el respaldo <strong>de</strong>l asiento y <strong>de</strong>cía: ‘¡Ajá, te encontré!’<br />
Nosotros le <strong>de</strong>cíamos: ‘Ahora nos escon<strong>de</strong>remos mejor.<br />
Cierra los ojos otra vez’. Esperábamos un minuto o más<br />
esa vez, y luego lo l<strong>la</strong>mábamos; nuevamente él se trepaba<br />
por el respaldo <strong>de</strong>l asiento con muchas energías para<br />
encontrarnos. Finalmente, le dijimos: ‘Ahora tenemos<br />
un lugar muy bueno para escon<strong>de</strong>rnos, pero nos llevará<br />
más tiempo. Cierra los ojos hasta que te l<strong>la</strong>memos’.<br />
“Pasó un minuto, pasaron dos minutos, cinco minutos;<br />
seguíamos manejando en silencio, en medio <strong>de</strong> una<br />
tranquilidad maravillosa. Habríamos recorrido unos<br />
veinticinco kilómetros y empezamos a conversar en voz<br />
baja, felicitándonos mutuamente por el éxito <strong>de</strong>l engañoso<br />
juego, cuando <strong>de</strong>l asiento trasero escuchamos <strong>la</strong> llorosa<br />
voz <strong>de</strong> un pequeñito acongojado: ‘No me l<strong>la</strong>maron, y me<br />
habían prometido l<strong>la</strong>marme’.<br />
“ ‘No hicieron lo que prometieron hacer’. ¡Qué terrible<br />
acusación! Aquél fue un momento memorable <strong>de</strong> nuestra<br />
vida. Sin duda, jamás podríamos volver a jugar a ese<br />
juego” (“Compromiso”, Liahona, julio <strong>de</strong> 1996, pág. 29).<br />
Someta a discusión <strong>de</strong> c<strong>la</strong>se <strong>la</strong>s siguientes preguntas:<br />
• ¿Por qué el él<strong>de</strong>r Howard <strong>de</strong>scribió esa experiencia como<br />
“un momento memorable”?<br />
• ¿Por qué es importante guardar <strong>la</strong>s promesas y hacer lo que<br />
hemos prometido hacer?<br />
105