Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

Doctrina y Convenios 123
fe en Él y en Sus promesas nos ayuda a soportar
nuestras pruebas. (30–35 minutos.)
Pregunte a los alumnos a quiénes se dirigen ellos para pedir
consejo y recibir consuelo cuando se encuentran en problemas.
Anote las respuestas en la pizarra (entre ellas se podrían incluir
los padres, los obispos, los amigos, los hermanos mayores).
Pregunte:
• ¿Por qué recurren a esas personas?
• ¿Por qué no se dirigen a un extraño o a un niño?
• ¿Qué tienen en común las personas anotadas en la pizarra
que les hace confiar en la ayuda que dan? (Una respuesta
podría ser que poseen experiencia.)
• De todas las personas que jamás hayan vivido, ¿quién
es que posee más experiencia, más compasión y más
inspiración? (véase Mosíah 3:7; 3 Nefi 17:4–8; D. y C. 43:24).
• Lean Alma 7:11–13. ¿Cómo es posible que una persona cuya
vida terrenal fue tan corta sea la que tenga más experiencia?
• De acuerdo con el versículo 12, ¿por qué Jesús padeció ese
sufrimiento tan grande?
Recuerde a los alumnos las pruebas que el profeta José Smith
sufrió en la cárcel de Liberty. Pídales que lean el encabezamiento
de Doctrina y Convenios 122. Pregunte: ¿A quién se dirigió
José para pedir consejo y recibir consuelo? Divida la clase en
dos grupos. Pida al primer grupo que estudie los versículos
1–8 y busquen las pruebas que el Señor dijo que José afrontaría
o que pudiera ser que tuviera que afrontar. Pida al segundo
grupo que estudie los mismos versículos y busquen el aliento
que el Señor dio a José. Invite a una persona de cada grupo
a describir lo que hayan encontrado. Analicen las preguntas
siguientes:
• ¿Por qué el Señor permite que pasemos por pruebas?
• ¿En qué sentido las pruebas pueden ser para nuestro bien?
• ¿Por qué alguien que ha experimentado pruebas en la vida
puede apreciar mejor el sufrimiento del Salvador durante
la Expiación?
• ¿Por qué podemos recurrir al Salvador al encontrarnos en
medio de una prueba?
Comparta las siguientes citas. El élder Orson F. Whitney dijo:
“Cuando necesitamos consejo y consuelo, no nos
dirigimos a los niños ni tampoco a los que no conocen
nada más que el placer y la satisfacción de los deseos
propios. Nos acercamos en cambio a los hombres y
mujeres compasivos, los que también han sufrido y que
pueden brindarnos el consuelo que necesitamos. ¿Acaso
no es ése el propósito de Dios al dejar que Sus hijos
sufran? Él desea que lleguemos a ser como Él. Dios ha
sufrido mucho más de lo que el hombre ha sufrido o
llegará a sufrir y es, por lo tanto, la mayor fuente de
benevolencia y consuelo…
“En la tristeza y la humillación siempre hay una
bendición. Quienes escapan a estas cosas no son los más
afortunados. ‘Porque el Señor al que ama, disciplina’.
…Las flores despiden casi todo su perfume cuando se
trituran. Los hombres y las mujeres tienen que sufrir de
ese modo con el fin de que resalte lo mejor que hay en
ellos” (“A Lesson from the Book of Job”, Improvement
Era, noviembre de 1918, pág. 7).
El élder Jeffrey R. Holland del Quórum de los Doce escribió:
“Las heridas en las manos, los pies y el costado del Señor
son señales de que sucederán cosas dolorosas en la vida
terrenal, aun a los puros y perfectos, señales de que la
tribulación no es un indicio de que Dios no nos ama. Es
de gran significado y brinda gran esperanza el que haya
sido el Cristo herido el que vino a nuestro rescate. Él, que
tiene las cicatrices del sacrificio, las heridas de amor, los
emblemas de humildad y del perdón, es el Capitán de
nuestra alma. La intención de esa prueba de dolor en la
mortalidad es sin ninguna duda la de dar valor a los
demás, que también se sientan heridos y lastimados por
la vida, quizás hasta en casa de sus amigos” (Christ and
the New Covenant: The Messianic Message of the Book of
Mormon, 1997, pág. 259).
Comparta también la cita del élder Harold B. Lee que se
encuentra en la Introducción de esta lección, pág. 215.
Analice con los alumnos por qué los principios que encierra
la sección 122 nos ayudan a soportar mejor nuestras pruebas.
Introducción
Doctrina y Convenios 123
El profeta José Smith se encontraba todavía en la cárcel de
Liberty cuando se escribió Doctrina y Convenios 123 (véase la
Introducción de las secciones 121–122, pág. 215).
Algunos principios importantes
del Evangelio para tener en cuenta
• El profeta José Smith da instrucciones a la Iglesia de registrar
las injusticias que se habían cometido en contra de ellos con
el fin de pedir justicia a los gobiernos terrenales y a Dios
(véase D. y C. 123:1–11; véase también D. y C. 101:85–92).
• Muchos, en todas partes de la tierra, están cegados por la
astucia de los hombres pero aceptarían la verdad si supieran
dónde hallarla (véase D. y C. 123:12–17; véase también
D. y C. 76:75).
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