Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

El Periodo de Nueva York y Pensilvania
• ¿Por qué se ensucia nuestra pintura tal como muestra el
segundo cuadro? (véase D. y C. 20:17–20).
Lean Doctrina y Convenios 20:21–24 y pregunte:
• ¿Qué hizo el Señor para que pudiéramos volver a estar
nuevamente limpios o puros como en el tercer cuadro?
• ¿Qué debemos hacer para quedar limpios? (véase el vers. 29).
• Lean el versículo 30. ¿Qué palabra utiliza el Señor para
describir esa condición de pureza?
• ¿En qué se parece el tercer cuadro a nosotros después de que
nos hemos arrepentido y bautizado? (Compare el tercer
cuadro con el primero.)
• ¿Por qué se relacionan esos cuadros con lo que representa
el cuarto?
Explique que la justificación significa quedar limpios y ser
perdonados. Comparta la siguiente declaración del élder
Bruce R. McConkie:
“Un acto justificado por el Espíritu es el que… ha
ratificado y aprobado el Espíritu Santo…
“Al igual que con las demás doctrinas de salvación, la
justificación es posible gracias al sacrificio expiatorio de
Cristo, pero entra en vigencia en la vida de la persona
sólo mediante su rectitud personal” (Mormon Doctrine,
pág. 408).
Explique que la santificación significa llegar a ser santo, recto
y a semejanza de Cristo. El presidente Brigham Young enseñó:
“Cuando la voluntad, las pasiones y los sentimientos
de una persona se someten perfectamente a Dios y a Sus
requisitos, esa persona es santificada. Es por mi voluntad
que soy absorbido en la voluntad de Dios” (en Journal of
Discourses, tomo II, pág. 123).
• Lean Doctrina y Convenios 20:31. ¿Qué dice este versículo
que debemos hacer para ser santificados?
• Lean Mateo 22:36–38. ¿Cómo se comparan esos versículos
a los requisitos estipulados en Doctrina y Convenios 20:31?
• Lean Moroni 10:32–33. ¿Qué semejanzas tienen esos
versículos con Doctrina y Convenios 20:30–31?
• Lean Doctrina y Convenios 20:32–34. ¿Qué advertencia
e instrucción da el Señor en esos versículos?
Doctrina y Convenios 20:38–71. Existen varios oficios
dentro del sacerdocio y cada uno de ellos abarca
deberes específicos. (15–20 minutos.)
Dé a los alumnos el siguiente cuestionario acerca del sacerdocio.
1. ¿Qué oficio del sacerdocio es necesario para bendecir la
Santa Cena? (Presbítero; véase D. y C. 20:46.)
2. ¿Qué oficio es necesario para bautizar? (Presbítero; véase
el vers. 46.)
3. ¿Qué oficio es necesario para ordenar a alguien al oficio de
diácono? (Presbítero; véase el vers. 48.)
4. Qué oficio es necesario para dar a alguien el don del Espíritu
Santo? (Élder; véanse los vers. 41, 43.)
5. ¿Qué oficio es necesario para ordenar a alguien al oficio
de élder? (Élder; véase el vers. 39.)
6. ¿Qué oficio debe exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos
a venir a Cristo? (Diácono, maestro, presbítero y élder;
véanse los vers. 42, 47, 50–51, 59.)
Pida a los alumnos que dediquen unos minutos a estudiar
Doctrina y Convenios 20:38–59, y después corrijan el
cuestionario leyendo los versículos que acompañan a cada
pregunta.
Escriba en la pizarra los títulos siguientes: Élder (véanse los
vers. 38–45, 70), Presbítero (véanse los vers. 46–52), Maestro (véanse
los vers. 53–59), Diácono (véanse los vers. 57–59). Divida la clase
en cuatro grupos y asigne a cada grupo uno de los oficios
del sacerdocio que anotó en la pizarra. Pídales que lean los
versículos adjuntos y anoten debajo del título que les haya
correspondido lo que esos versículos enseñan acerca de ese
oficio. Analicen lo que hayan encontrado.
Lean los versículos 60–65 y Los Artículos de Fe 1:5 y pregunte:
¿Qué debe suceder antes de que alguien sea ordenado al
sacerdocio? Pregunte a los poseedores del Sacerdocio Aarónico
de su clase: ¿Qué hacen ustedes ahora para magnificar sus
responsabilidades en el sacerdocio? Pregunte a las jovencitas:
¿Qué pueden hacer, tanto ahora como en el futuro, para apoyar
el sacerdocio? Pregunte a los jóvenes: ¿Qué pueden hacer ahora
para prepararse para recibir el sacerdocio o para avanzar en él?
Comparta la siguiente declaración del presidente James E. Faust,
Consejero de la Primera Presidencia:
“El sacerdocio es el poder más grande que hay en la tierra;
con él y por medio de él se crearon los mundos… el
poder del sacerdocio es el poder y autoridad delegados
por Dios para actuar en Su nombre para la salvación
de Sus hijos. El velar por los demás es la esencia misma
de la responsabilidad del Sacerdocio; es el poder para
bendecir, sanar y administrar las ordenanzas salvadoras
del Evangelio. Donde más se necesita la recta autoridad
del sacerdocio es entre los muros de nuestro propio hogar,
y debe ejercerse con gran amor. Esto se aplica a todos los
poseedores del sacerdocio: diáconos, maestros, presbíteros,
élderes, sumos sacerdotes, patriarcas, setentas y apóstoles”
(“El poder del sacerdocio”, Liahona, julio de 1997, pág. 46).
Doctrina y Convenios 20:75–79. El propósito
de la Santa Cena es recordar el sacrificio del
Salvador y renovar nuestros convenios bautismales.
(20–25 minutos.)
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