Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

Doctrina y Convenios 97
• ¿De qué forma debía construirse? (Siguiendo el modelo que
había revelado el Señor.)
Pida a un alumno que lea las declaraciones de la Introducción
de esta lección. Explique que en la dedicación del Templo de
Logan, el presidente John Taylor profetizó que durante el
Milenio habría “miles de templos” (The Gospel Kingdom, sel.
G. Homer Durham, 1943, pág. 287). Pida a los alumnos que
nombren algunos de los templos que hay en el mundo.
Comparta las declaraciones siguientes. El élder Howard W.
Hunter, en ese entonces miembro del Quórum de los Doce, dijo:
“La Casa de Dios… se había erigido para adorar a Dios.
Era un hogar para el corazón reverente y debía ser un
lugar de solaz para calmar las penas, una puerta a los
cielos” (“Santificado sea tu nombre”, Liahona, febrero de
1978, pág. 73).
Más tarde, en su calidad de Presidente de la Iglesia, el
presidente Hunter dijo:
“Debemos ser, en verdad, una gente que ame el templo
y que esté deseosa de asistir a él. Debemos asistir al
templo con la frecuencia y la prudencia que nuestras
circunstancias personales lo permitan… Hagamos
del templo, de la adoración, de los convenios y del
matrimonio que ahí se efectúan, nuestra meta terrenal
más sublime y la máxima experiencia de esta vida
mortal” (“Un pueblo deseoso de asistir al templo”,
Liahona, mayo de 1995, pág. 6).
“No hay ninguna obra parecida a la que se lleva a cabo
en el templo” (“We Have a Work to Do”, Ensign, marzo
de 1995, pág. 65).
Divida los alumnos en tres grupos y pídales que se imaginen
que son miembros del comité de templos. El primer grupo debe
determinar cómo pagar los templos. El segundo grupo debe
determinar qué debe efectuarse en los templos y el tercer grupo
a quiénes se les permitirá asistir a los templos. Pida a cada
grupo que lea Doctrina y Convenios 97:10–17 y se fijen en las
enseñanzas del Señor acerca de esos tres temas. Escoja a un
alumno de cada grupo para que dé a la clase un informe de lo
que hayan encontrado. Lean los versículos 15–16 y pregunte:
• ¿Qué promesa hace el Señor a quienes asistan dignamente
al templo?
• La asistencia al templo de los que no son dignos de hacerlo,
¿por qué afectaría a los que lo son?
Comparta la siguiente declaración del presidente Gordon B.
Hinckley, en ese entonces Consejero de la Primera Presidencia:
“Todo hombre que posea el Sacerdocio de Melquisedec
debe tomar sobre sí la responsabilidad de ver que la Casa
del Señor se mantenga sagrada y libre de corrupción.
Esta obligación descansa primaria e inevitablemente
sobre los hombros de los obispos y de los presidentes
de estaca. Ellos son los jueces de la dignidad de aquellos
que desean entrar en el templo. Además, cada uno de
nosotros tiene una obligación: primero, en lo que respecta
a su propia dignidad y segundo, con respecto a la
dignidad de las personas a las que él alienta a entrar en
la Casa del Señor” (“Mantengamos sagrados los templos”,
Liahona, julio de 1990, pág. 66).
Si es posible, invite a un líder del sacerdocio a analizar qué
debemos hacer para ser dignos de entrar al templo. Aliente a
los alumnos a vivir dignamente todos los días para poder asistir
al templo. Testifique sobre las bendiciones que, gracias al
templo, haya recibido en su vida.
Doctrina y Convenios 97:18–26. Los justos
escaparán de la venganza del Señor si guardan
los mandamientos. (25–30 minutos.)
S M T W TH F S
Escriba en la pizarra terremotos, guerras, hambre, pestilencia,
inundaciones, incendios, enfermedades, muerte, gran iniquidad,
profetas falsos. Comparta la siguiente declaración del élder
Neal A. Maxwell, en ese entonces miembro de los Setenta:
“Entramos en una época que para nosotros, como
miembros de la Iglesia, encerrará, según creo, grandes
desafíos que harán que sea necesario que sigamos a las
Autoridades Generales. Todas las cosas fáciles que había
que hacer en la Iglesia, ya se han llevado a cabo. Desde
ahora en adelante, las cosas van a ser difíciles y el
discipulado será probado de manera muy interesante”
(“The Old Testament: Relevancy within Antiquity”,
en A Symposium on the Old Testament, 1979, pág. 12).
Pida a los alumnos que observen las palabras que escribió en
la pizarra y pregúnteles por qué podrían relacionarse con la
declaración del élder Maxwell. Pregunte:
• ¿Qué tienen esas palabras en común?
• ¿Qué período de la historia del mundo describen mejor?
• ¿Qué sienten al saber que esos problemas están tan cerca?
• ¿Cuál de ellos los asusta más?
• ¿Qué estarían dispuestos a hacer o a dar para evitar esos
problemas?
• ¿Cuál es la mejor forma de prepararse para esos problemas?
Invite a un alumno que lea Doctrina y Convenios 97:18–26 y
que se fije en qué podemos hacer para escapar de la venganza
del Señor.
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