Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

Doctrina y Convenios 112
Comparta la siguiente declaración del presidente Spencer W.
Kimball:
“¿De qué manera se adquiere la humildad? Para mí,
es necesario que recordemos permanentemente nuestra
dependencia. ¿De quién dependemos? Del Señor. ¿Qué
debemos hacer para recordarlo? Orar con sinceridad, en
forma constante, con adoración y gratitud…
“La humildad consiste en estar dispuestos a aprender,
o sea, la aptitud para reconocer que todas las virtudes
y las habilidades no se concentran en uno mismo” (The
Teachings of Spencer W. Kimball, pág. 233).
Lean la siguiente declaración del élder Gene R. Cook, y pida a
los alumnos que presten atención acerca de las formas en que
la humildad influye en nuestras oraciones:
“Cuando somos humildes, sentimos nuestra dependencia
en el Señor. Debido a ese sentimiento de dependencia,
nos acercamos a Él para pedirle ayuda y guía en muchos
aspectos, y nuestro corazón y nuestra mente se abren
para recibirlas…
“Al reconocer que dependemos del Señor, aumenta
nuestra humildad y mejora nuestra capacidad para
comunicarnos verdaderamente con Él. Los que sean
humildes de verdad harán todo lo que esté a su alcance
por hacer su parte, ya que saben que las respuestas a la
oración son un esfuerzo mutuo, tanto del hombre como de
Dios” (Receiving Answers to Our Prayers, págs. 20, 23–24).
Analicen las preguntas siguientes:
• ¿Por qué el reconocer que dependemos del Señor nos ayuda
a acercarnos a Él?
• ¿Por qué ello aumenta nuestra humildad y mejora nuestras
oraciones?
Doctrina y Convenios 112. La apostasía de
Thomas B. Marsh enseña la importancia de
mantener con nosotros el Espíritu del Señor al seguir
con humildad a los líderes de la Iglesia. (25–30 minutos.)
S M T W TH F S
Antes del comienzo de la clase, haga en la pizarra el cuadro
que se encuentra al final de la página.
Pida a dos alumnos que se conozcan bien que pasen al frente.
Haga al primer alumno preguntas como las siguientes:
• ¿Conoces bien a [el nombre del otro alumno]?
• ¿Cómo es que lo conoces tan bien?
Pregunte al segundo alumno: ¿Quién te conoce más que [el
nombre del primer alumno]? Invite a la clase a analizar lo bien
que conoce el Padre Celestial a ese alumno. Pregunte: ¿Por
qué nos conoce Él tan bien a cada uno de nosotros? (Él conoce
todas las cosas; véase 2 Nefi 9:20.)
Testifique que el Padre Celestial nos conoce mejor de lo que
nos conocemos nosotros mismos. Él puede aconsejarnos
porque conoce nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades,
y qué es lo que nos puede dar la mayor felicidad. Lean Doctrina
y Convenios 31:9, 12–13; 112:2, 10, 15 y anote en la pizarra el
consejo que se le da a Thomas B. Marsh en esos versículos.
Analicen las preguntas siguientes:
• ¿Contra qué debilidades luchaba Thomas B. Marsh?
• ¿Qué consejo da el Señor que podría ayudar a alguien que
fuera impaciente y orgulloso?
Explique a los alumnos que poco después de un año de haberse
recibido la sección 112, el presidente Marsh dejó la Iglesia por
una disputa ocasionada por una crema de leche. Pida a un
alumno que lea el relato de esa disputa, relatada por George
A. Smith, en la guía de estudio para el alumno (véase la sección
“La comprensión de las Escrituras” correspondiente a D. y C.
31:9–13). Lean la serie de acontecimientos que se encuentran
anotados en el cuadro de la pizarra. Lean la cita del presidente
Gordon B. Hinckley que se encuentra en la guía de estudio
para el alumno. Lean la primera parte de la declaración del
2 de mayo de 1835:
A Thomas B. Marsh se
le ordena Presidente del
Quórum de los Doce
Apóstoles.
Contención, celos,
críticas, orgullo
La apostasía de
Thomas B. Marsh
24 de octubre de 1838:
Thomas B. Marsh hace
una declaración jurada
en la que afirma que
la Iglesia es enemiga
del estado de Misuri.
27 de octubre de 1838:
El gobernador Boggs
de Misuri dicta una
orden de exterminio
en contra de los
miembros de la Iglesia.
30 de octubre de 1838:
Diecisiete mueren en la
masacre de Haun’s Mill.
Invierno de 1838—
1839: De doce a quince
mil miembros quedan
desamparados.
6 de septiembre de 1857:
Diecinueve años más
tarde, Thomas B. Marsh
habla en Salt Lake City
y pide perdón.
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