Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

Doctrina y Convenios 18
“Todos los santos deben prestar oído diligente al
consejo de quienes se encuentran sobre ellos en el
Señor, apoyándolos por medio de la oración de la fe y
manteniéndose puros y humildes; y si lo hacen, nunca
les faltará la sabiduría de lo alto” (en James R. Clark,
comp., Messages of the First Presidency of The Church of
Jesus Christ of Latter-day Saints, 6 tomos, 1965–1975,
tomo II, pág. 48).
Lean Doctrina y Convenios 18:37 e identifiquen a los dos
hombres que el Señor designó para buscar a los Doce Apóstoles.
Más tarde, el Señor llamó a Martin Harris a unirse a ellos. En
febrero de 1835, ellos escogieron y ordenaron al primer Quórum
de los Doce Apóstoles de nuestra época (véase La historia de
la Iglesia en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, págs.
171–172). Hable sobre la siguiente observación del élder B. H.
Roberts, que fue miembro de los Setenta:
“Da la impresión de que el llamamiento especial de los
Doce es el de ser testigos del Señor Jesucristo en todo el
mundo; de ahí que fue indudablemente apropiado que
a esos Doce Testigos los eligieran esos Tres Testigos
sumamente especiales: Testigos en particular del Libro
de Mormón y de la maravillosa obra de Dios en general”
(History of the Church, tomo II, pág. 187 n).
Doctrina y Convenios 18:10–16 (Dominio de las
Escrituras, Doctrina y Convenios 18:10, 15–16).
El valor de toda persona es tan grande que Jesucristo
sufrió y murió para que nos fuera posible arrepentirnos
y regresar a Él. El compartir este mensaje cambia
vidas y nos brinda gozo. (5–10 minutos.)
Muestre a los alumnos algo que sea de valor para usted
y pregúnteles cuánto piensan que vale. Someta a discusión
de clase las siguientes preguntas:
• ¿Cuáles son las cosas de más valor que poseen?
• ¿Qué determina el valor de esas cosas?
Lean Doctrina y Convenios 18:10–12 y pregunte:
• ¿Qué valor tiene el alma humana?
• ¿Qué precio estuvo dispuesto a pagar el Señor por toda
persona? (véase también Juan 3:16; D. y C. 34:3).
Testifique que costó la sangre de un Dios el salvar las almas
de la humanidad (véase 1 Corintios 6:19–20; 1 Pedro 1:18–19).
Pregunte a los alumnos qué sienten al saber lo que el Señor
hizo por ellos. Canten o lean la letra del himno “Asombro me
da” (Himnos, Nº 118). Lean Doctrina y Convenios 18:13 e invite
a los alumnos a expresar sus opiniones sobre por qué el
arrepentimiento de las almas brinda gozo al Señor.
Lean los versículos 14–16 y pregunte:
• ¿Qué nos manda hacer el Señor?
• ¿En qué ese mandamiento se compara con el propósito del
Señor descrito en el versículo 11?
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• ¿Qué sentiremos si guardamos ese mandamiento?
Lean Alma 26:30–31; 29:8–10 e invite a los alumnos a relatar
algunas experiencias misionales que les hayan brindado
gozo o invite a un ex misionero a hablar a la clase de
algunos de los gozos que él o ella haya experimentado en
la obra misional. Comparta la siguiente declaración del
presidente Ezra Taft Benson:
“Mis amados compañeros, ustedes tienen por delante los
años más felices de su vida. Sé de lo que estoy hablando.
Yo lo he vivido. He disfrutado del gozo de la obra
misional. No hay obra en todo el mundo que brinde a
la persona más gozo y felicidad” (The Teachings of Ezra
Taft Benson, 1988, pág. 213).
Analice con los alumnos qué podrían hacer ellos ahora y más
adelante para “proclamar el arrepentimiento” a los demás
(D. y C. 18:14).
Doctrina y Convenios 18:21–25, 40–43. Cuando
nos arrepentimos y nos bautizamos, tomamos sobre
nosotros el nombre de Jesucristo. Quienes conozcan
Su nombre y reconozcan Su voz serán salvos.
(15–20 minutos.)
Invite a uno o dos alumnos a escribir su apellido en la pizarra.
Pídales después que expliquen cómo obtuvieron ese nombre
y qué privilegios y responsabilidades conlleva. (Entre los
privilegios se podrían encontrar el tener casa y comida,
amor, seguridad, el crecer dentro de la Iglesia; y entre las
responsabilidades, el cuidar de la llave de la casa, el tratar al
resto de la familia con amor y respeto, el hacer tareas en la casa
y el honrar el nombre de la familia.)
Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 18:21–25,
40–43, y pregunte:
• Como miembros de la Iglesia, ¿qué nombre tomamos sobre
nosotros?
• Lean Doctrina y Convenios 20:37. De acuerdo con ese
versículo, ¿cuándo tomamos sobre nosotros ese nombre?
• ¿Qué relación tiene ese nombre con nuestra salvación?
• ¿Qué privilegios conlleva el tomar sobre nosotros ese
nombre? ¿Qué responsabilidades?
El presidente Joseph Fielding Smith, en ese entonces
Presidente del Quórum de los Doce, dijo:
“Hacemos convenio de que estaremos deseosos de tomar
sobre nosotros el nombre del Hijo y que lo recordaremos
siempre. Observando este convenio prometemos que
seremos llamados por su nombre y que nunca haremos
cosa alguna que acarree vergüenza o reproche sobre ese
nombre” (Doctrina de Salvación, tomo II, pág. 325).
Invite a los alumnos a escribir algunas formas en que podrían
tomar sobre ellos el nombre de Cristo de modo más eficaz.