Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

El período de Ohio y Misuri
y 107:40–57, al igual que la información correspondiente a la
sección 107 de la guía de estudio para el alumno.
Introducción
Doctrina y Convenios 117
Cuando el joven rico fue a ver al Salvador y le preguntó qué
tenía que hacer para heredar la vida eterna, el Salvador le dijo:
“…vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro
en el cielo; y ven, sígueme” (Lucas 18:22). El joven “afligido
por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”
(Marcos 10:22). Para algunas personas, los bienes materiales son
una de las pruebas más grandes de la vida terrenal. Cuando se
recibió la sección 117, Newel K. Whitney, el obispo de Kirtland,
y William Marks, el agente del obispo, poseían propiedades
que se sentían renuentes de vender en beneficio de la Iglesia.
Sin embargo, en virtud de esta revelación, obedecieron el
mandamiento del Señor. En ocasiones, dedicamos mucho
de nuestro tiempo preocupándonos por acumular bienes
materiales. Dios es poseedor de todo el poder y, al prestarle
servicio y seguir Su consejo de buscar primeramente Su reino,
Él hará que “todas las cosas [obren] juntamente para [nuestro]
bien” (D. y C. 90:24; véase también Jacob 2:18–19).
Algunos principios importantes
del Evangelio para tener en cuenta
• Los santos no deben codiciar los bienes materiales. El Señor
proporcionará para ellos y sus familias (véase D. y C. 117:1–8;
véase también D. y C. 88:123; 104:78–80; 118:1–3).
• El prestar servicio fiel es más importante que el cargo que
uno ocupe en la Iglesia (véase D. y C. 117:11; véase también
Mateo 6:24).
Otras fuentes de estudio
• La historia de la Iglesia en la dispensación del cumplimiento de
los tiempos: Religión 341–343, págs. 213–214.
• Doctrina y Convenios, Manual para el alumno: Religión 324–325,
págs. 269–271.
Sugerencias para la enseñanza
Doctrina y Convenios 117:1–8. Los santos no deben
codiciar los bienes materiales. El Señor proporcionará
para ellos y sus familias. (10–15 minutos.)
Haga en la pizarra una lista semejante a la siguiente:
• Tener ropa cara.
• Ser titular de un equipo de fútbol.
• Casarse en el templo.
• Ser el más popular del colegio.
• Tener un testimonio firme.
• Tener una conciencia limpia.
• Quedar sin bailar en una fiesta.
• Ser fiel en prestar servicio a la Iglesia.
Diga a los alumnos: Imaginen que las cosas anotadas en la
pizarra describen la vida de ustedes. De pronto, se encuentran
delante del Salvador para ser juzgados.
• ¿Cuáles de esas cosas serían más importantes para ustedes
en ese momento?
• ¿Por qué podrían ser algunas de las otras cosas de menos
valor?
Explique a los alumnos que en ocasiones confundimos lo que
es más importante para nosotros con lo que deseamos en el
momento. Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios
117:1–4 y subrayen un pecado que se relacione con esa
confusión. Pregunte a los alumnos qué quiso dar a entender
el Señor cuando preguntó: “¿qué son los bienes para mí?”
Lean el versículo 5. Pida a un alumno que lea el segundo
párrafo del comentario correspondiente a Doctrina y Convenios
117:1–6 en Doctrina y Convenios, Manual para el alumno: Religión
324–325, pág. 269. Pregunte:
• ¿Qué codiciaban el hermano Marks y el hermano Whitney?
• Lean Doctrina y Convenios 19:26. ¿Qué le dice el Señor
a Martin Harris en este versículo?
• ¿Por qué se relaciona este versículo con Doctrina
y Convenios 117:1–5?
Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 117:6–8 y a
escribir un resumen de una sola frase por cada versículo. Pida
a varios alumnos que lean una de las frases que hayan escrito.
Lean Doctrina y Convenios 118:3 y haga hincapié en lo que el
Señor prometió a las familias de los apóstoles que habían sido
llamados a prestar servicio misional. De acuerdo con Doctrina
y Convenios 117:6, ¿por qué podía proporcionar el Señor lo
necesario para el mantenimiento de esas familias? Invite a los
alumnos a relatar las formas en que el Señor haya proporcionado
bendiciones materiales en tiempos de necesidad para ellos,
sus familiares o conocidos.
Introducción
Doctrina y Convenios 118
Cuando nuestros amigos o familiares parten al servicio misional,
como Santos de los Últimos Días por lo general cantamos
“A donde me mandes iré” (Himnos, Nº 175). No siempre nos
detenemos a pensar que, con las condiciones cambiantes del
212