Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

Un Período de Expansión
Pida a varios alumnos que compartan lo que hayan aprendido.
Lean 2 Nefi 2:6–9 y Helamán 14:16–17 y comparta su testimonio
del poder del Señor para redimir.
Doctrina y Convenios 138:14–18, 49–50. Necesitamos
tener un cuerpo resucitado a fin de progresar y recibir
una plenitud de gozo. Los que han muerto consideran
el no tener cuerpo como un tipo de esclavitud.
(15–20 minutos.)
Pida a un alumno que lea las siguientes declaraciones. La
Primera Presidencia y el Quórum de los Doce escribieron:
“En la vida premortal, los hijos y las hijas espirituales de
Dios lo conocieron y lo adoraron como su Padre Eterno,
y aceptaron Su plan por el cual obtendrían un cuerpo
físico y ganarían experiencias terrenales para progresar
hacia la perfección y finalmente cumplir su destino divino
como herederos de la vida eterna” (“La Familia: Una
Proclamación para el Mundo”, Liahona, octubre de 1998,
pág. 24).
• ¿Qué se le podría decir a la familia de ese miembro que ha
muerto?
• ¿Por qué la muerte puede ser algo tan triste?
• ¿En qué sentido podría considerarse la muerte como una
bendición?
• ¿Qué creen que les sucede a los misioneros que mueren
mientras sirven en el campo misional?
• ¿Cómo creen que es la obra misional en el mundo de los
espíritus?
Pida a un grupo de alumnos que compare lo que se enseña en
el mundo de los espíritus (véase D. y C. 138:19, 33–35, 51–52)
con lo que se enseña en la Iglesia en esta vida (véase Mateo
28:18–20; 3 Nefi 27:13–21).
Pida a otro grupo que compare la manera en que se enseña el
Evangelio en el mundo de los espíritus (véase D. y C. 138:18–21,
30–32, 37, 57) con la manera en que se predica en la tierra
(véase Lucas 9:1–2; Alma 12:28–34; D. y C. 42:5–8; 61:33–36).
Pida a los dos grupos que compartan lo que encuentren.
El élder Russell M. Nelson, miembro del Quórum de los
Doce, dijo:
“La vida no empieza con el nacimiento ni termina con
la muerte. Antes de nacer, moramos con nuestro Padre
Celestial como Sus hijos espirituales; allí, esperamos
ansiosamente la posibilidad de venir a la tierra y obtener
un cuerpo físico. A sabiendas aceptamos los riesgos de
la vida terrenal, que nos permitiría el ejercicio del albedrío
y la responsabilidad” (“Las puertas de la muerte”,
Liahona, julio de 1992, pág. 80).
Analicen las siguientes preguntas:
• Si uno de los propósitos de la vida es vivir eternamente con
nuestro Padre Celestial, ¿por qué estábamos tan ansiosos
por dejar la vida preterrenal y venir a la tierra?
• ¿Por qué es una bendición el tener un cuerpo mortal?
Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 45:17;
138:14–18, 49–50 y enumeren razones por las que se podría
decir que la muerte es un tipo de esclavitud. Estudien
1 Corintios 15:22–23; 2 Nefi 9:8–10; Doctrina y Convenios
88:15; 93:33–34 y busquen lo que se nos enseña en estos
pasajes acerca de la resurrección.
Doctrina y Convenios 138:18–57. Los élderes y muchas
hermanas que sirven al Señor fielmente en esta vida
serán misioneros en el mundo de los espíritus tras la
muerte. (20–25 minutos.)
Pregunte a los alumnos si alguna vez han estado en un funeral
de un miembro fiel de la Iglesia. Someta a discusión de clase
las siguientes preguntas:
Introducción
Presidente Heber J. Grant
“Desde pequeño Heber J. Grant aprendió que la persistencia
es esencial para el éxito, e hizo de su vida un ejemplo de lo
que se puede lograr a través de la disciplina… Su persistencia
le facilitó el éxito en los negocios y le ayudó a prepararse
para el ministerio al que fue llamado a los veintiséis años de
edad, cuando vino a formar parte del Quórum de los Doce
Apóstoles… Doce días más tarde del término de la Primera
Guerra Mundial en 1918, fue ordenado como Presidente de la
Iglesia y dirigió la misma a través de la depresión económica
subsiguiente y de la Segunda Guerra Mundial, muriendo
justamente seis días después de terminada la guerra en Europa,
en 1945. En medio de toda esta confusión, el presidente Grant
dirigió el programa misional, dedicó tres templos, presidió
la celebración del centenario en 1930, y afirmó y reafirmó
vigorosamente principios tales como la ley de los diezmos,
la Palabra de Sabiduría, la laboriosidad y la economía”
(Mi Reino se extenderá, pág. 85).
Algunos principios importantes
del Evangelio para tener en cuenta
• Los profetas de Dios se les llama por medio de la revelación
(véase “Presidente Heber J. Grant”, Guía de estudio para el
alumno, págs. 201–202, párrafos 1–4; véase también
Artículos de Fe 1:5).
276