Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

El período de Ohio y Misuri
Trate de que los alumnos comprendan que el banquete se
relaciona con “las bodas del Cordero”, las cuales se refieren
a la segunda venida de Jesucristo. Lean Mateo 22:1–14; Lucas
14:16–24; Apocalipsis 19:9 y analicen lo que se enseña en
esos versículos acerca del banquete y de la Segunda Venida.
Pregunte: ¿Qué debemos hacer para prepararnos y preparar a
los demás para la Segunda Venida? Lean Doctrina y Convenios
58:44–48, 63–65 prestando atención a lo que dice el Señor que
Sus siervos deben hacer para edificar Sión y prepararse para
la Segunda Venida. Después de cada mandamiento que
encuentren, pídales que expliquen por qué es importante.
Doctrina y Convenios 58:26–29 (Dominio
de las Escrituras, Doctrina y Convenios
58:26–27). Debemos buscar las oportunidades para
hacer el bien y prestar servicio a los demás, sin esperar
que el Señor o Sus líderes nos lo pidan. (10–15 minutos.)
S M T W TH F S
Pida a los alumnos que escriban Doctrina y Convenios 58:26–29
con sus propias palabras. Pídales que consulten la guía para
el alumno si necesitan ayuda con el significado de algunas
palabras (véase la sección “La comprensión de las Escrituras”
correspondiente a D. y C. 58). Analicen las preguntas siguientes:
• ¿Qué significa “estar anhelosamente consagrados”? (vers. 27).
• ¿Cómo podemos saber qué es una “causa buena”? (véase
Moroni 7:13–16).
• ¿Qué “poder” tenemos que nos permite hacer lo bueno?
(vers. 28).
Pida a los alumnos que se junten de a dos para idear dos
relatos: Uno que muestre un buen ejemplo de esos versículos
y el otro que muestre un mal ejemplo. Pida a los alumnos que
compartan algunos de esos relatos.
Lean la siguiente declaración del élder Ezra Taft Benson, en ese
entonces miembro del Quórum de los Doce:
“Por lo general, el Señor nos da los objetivos que debemos
alcanzar en términos generales y algunas normas a
seguir, pero Él espera que nos esforcemos por idear la
mayor parte de los detalles y los métodos a seguir. Los
métodos y procedimientos se perfeccionan por medio
del estudio y la oración, y al vivirlos para de esa forma
obtener y seguir la inspiración del Espíritu. Las personas
con menos conocimiento espiritual, tales como los que
vivieron en la época de Moisés, necesitaban recibir
mandamientos para muchas cosas. En la actualidad, los
que se encuentran espiritualmente alertas examinan los
objetivos, repasan las normas que el Señor y Sus profetas
han dado, y después actúan por medio de la oración: sin
necesidad de recibir mandamientos ‘en todas las cosas’.
Esa actitud prepara a los hombres para llegar a ser
dioses…
“En ocasiones, el Señor espera con ilusión que Sus hijos
actúen por ellos mismos y, cuando no lo hacen, pierden
el galardón mayor; y el Señor, o bien abandona el asunto
por completo y deja que ellos sufran las consecuencias,
o lo explica en forma más detallada. Por lo general, me
temo que cuanto más Él tenga que entrar en detalles,
más pequeño será nuestro galardón” (en Conference
Report, abril de 1965, págs. 121–122).
Aliente a los alumnos a estar anhelosamente consagrados
a causas buenas.
Doctrina y Convenios 58:42–43 (Dominio de
las Escrituras). El arrepentimiento abarca
el confesar y abandonar el pecado. El Señor perdona
los pecados del arrepentido y “no los recuerd[a] más”.
(15–20 minutos.)
S M T W TH F S
Invite a un alumno a tratar, dos o tres veces, de saltar lo más
alto que pueda. Marque el mejor esfuerzo que logre de las veces
que haya tratado. Pida al alumno que se ponga una mochila
pesada y que salte nuevamente. Marque el esfuerzo mejor que
logre esta vez.
Pida a la clase que explique en qué forma esa lección práctica
se relaciona con el pecado en nuestra vida. Pídales que lean
Doctrina y Convenios 58:43 y vean qué debemos hacer para
librarnos de la pesada carga del pecado. Analicen el significado
de la palabra abandonar y ayude a los alumnos a comprender
mejor el principio de la confesión.
Comparta las declaraciones que se dan a continuación. El élder
Spencer W. Kimball, en ese entonces miembro del Quórum de
los Doce, enseñó:
“Nadie puede ser perdonado jamás por transgresión
alguna sino hasta que se arrepiente, y nadie se arrepiente
sino hasta que abre el corazón y reconoce sus intenciones
y debilidades sin excusas ni racionalizaciones” (Love
versus Lust, Brigham Young University Speeches of the
Year, 5 de enero de 1965, pág. 10).
El élder Richard G. Scott dijo:
“Siempre debes confesar tus pecados al Señor; pero si son
graves, como la inmoralidad [sexual], debes confesarlos
también al obispo o presidente de estaca. Entiende que
la confesión en sí no es arrepentimiento; es un paso
esencial, pero no es de por sí suficiente. Y el confesar sólo
los pecados más leves no te ayudará a resolver los más
graves que queden encubiertos. Para lograr el perdón,
es fundamental que confíes al Señor y, si es necesario,
a Su juez del sacerdocio, todo lo que hayas hecho”
(“Busquemos el perdón”, Liahona, julio de 1995, pág. 86).
Lean el versículo 60 y después pregunte:
• ¿Qué hizo Ziba Peterson con relación a sus pecados?
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