Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

El período de Ohio y Misuri
“…Si abusamos de nuestro cuerpo… haremos caer sobre
nosotros el telón que bloquea la luz de la comunicación
espiritual (“La revelación en un mundo inconstante”,
Liahona, enero de 1990, pág. 14).
Comparen las bendiciones de la Palabra de Sabiduría con la
lista del tesoro que tiene en la pizarra. Someta a discusión de
clase las preguntas siguientes:
• ¿Por qué son las bendiciones de la Palabra de Sabiduría más
valiosas que los tesoros terrenales?
• ¿Por qué son las bendiciones espirituales que se reciben al
obedecer la Palabra de Sabiduría aún más grandes que los
beneficios físicos?
• ¿Qué bendiciones espirituales han experimentado al vivir
la Palabra de Sabiduría? (Entre las respuestas se podrían
incluir el ser dignos de efectuar las ordenanzas del templo
y el gozar de la compañía del Espíritu.)
Lean la declaración del élder Russell M. Nelson que se
encuentra en la Introducción de la sección 89, de esta lección,
pág. 162. Pregunte:
• ¿Por qué el guardar la Palabra de Sabiduría demuestra al
Señor que es el espíritu de ustedes y no su cuerpo el que
está en control de las elecciones que hacen?
• ¿Por qué el rehusar fumar y consumir alcohol, café y té es
como resistir a otras tentaciones y pecados?
Exprese su testimonio de la Palabra de Sabiduría y dé ejemplos
de bendiciones que haya recibido al obedecerla.
Doctrina y Convenios 89:5–20. El Señor nos manda
evitar el alcohol, el tabaco, el café y el té. Él ha
dispuesto hierbas, frutas y verduras, granos y carne
para nuestro beneficio; sin embargo, nos ha mandado
que utilicemos la carne limitadamente. (10–15 minutos.)
Muestre la lámina “Daniel rehúsa la comida y el vino del rey”
(Las bellas artes del Evangelio Nº 114). Invite a los alumnos a
relatar brevemente la historia que se describe en la lámina
o relátela usted mismo (véase Daniel 1:8, 12–16). Después
pregunte: ¿Por qué gozaban Daniel y sus amigos de mejor
salud que las personas que se alimentaban con la comida del
rey? Asegúrese de que los alumnos entiendan que tenían mejor
salud no solamente por los alimentos que ingerían sino también
por obedecer al Señor.
Explique que la Palabra de Sabiduría no sólo prohíbe ciertas
cosas sino que también brinda consejo acerca del consumo
de otras. Pida a la mitad de los alumnos que lean Doctrina y
Convenios 89:5–15 y busquen las cosas que se prohíben o que
se deben utilizar limitadamente. Pida a la otra mitad que lean
los versículos 10–20 con el fin de aprender qué ha ordenado el
Señor para nuestro uso. Invite voluntarios para que compartan
lo que hayan encontrado y anótelo en la pizarra. Hágales notar
que la carne se incluye en ambas listas. Si necesitan ayuda con
las palabras o las frases difíciles, pídales que consulten la guía
de estudio para el alumno (véase la sección “La comprensión de
las Escrituras” correspondiente a D. y C. 89; véase también los
comentarios correspondientes a D. y C. 89:5–17 en Doctrina y
Convenios, Manual para el alumno: Religión 324–325, págs.
195–197).
Analicen las declaraciones siguientes. El presidente Boyd K.
Packer dijo:
“Hay miembros que nos escriben para tratar de averiguar
si esto o aquello va en contra de la Palabra de Sabiduría.
Aunque no se ha explicado en mayor detalle, es bien
sabido que el té, el café, las bebidas alcohólicas y
el tabaco están en contra de ella. En lugar de ello,
enseñamos ese principio, acompañándolo con la promesa
de determinadas bendiciones. Hay muchas substancias
que no se menciona en la revelación que uno puede
beber, masticar o inhalar, las cuales no sólo forman
malos hábitos y adicción sino que dañan tanto el cuerpo
como el espíritu.
“No todo lo que es dañino se especifica. El arsénico, por
ejemplo, por cierto que es malo aunque su fulminante
acción no da tiempo a formar hábitos. Aquel a quien se
le debe mandar en todas las cosas, dijo el Señor, “es un
siervo perezoso y no sabio” (D. y C. 58:26)” (“La Palabra
de Sabiduría: El principio y las promesas”, Liahona, julio
de 1996, págs. 18–19).
El presidente Gordon B. Hinckley, en ese entonces Consejero
de la Primera Presidencia, dijo:
“Algunos han utilizado la excusa de que las drogas no se
menciona en la Palabra de Sabiduría. ¡Qué excusa de poco
valor! Tampoco se menciona saltar desde una altura a
una piscina vacía o caminar despreocupadamente por una
autopista. Pero ¿quién pone en duda las consecuencias
de tales actos? El sentido común debe prevenir tales
comportamientos” (“El azote de las drogas ilícitas”,
Liahona, enero de 1990, pág. 50).
Introducción
Doctrina y Convenios 90
El sexto Artículo de Fe dice: “Creemos en la misma organización
que existió en la Iglesia Primitiva, esto es, apóstoles, profetas,
pastores, maestros, evangelistas, etc.”. Como parte de la
restauración del Evangelio, el Señor ordenó apóstoles y profetas.
En ella se incluye la organización de la Primera Presidencia,
que se terminó de formar el 18 de marzo de 1833. Doctrina
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