Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

El período de Ohio y Misuri
al cuidado de los demás y prestarles servicio. Termine cantando
o leyendo la letra del himno “Tú me has dado muchas
bendiciones” (Himnos, Nº 137).
Doctrina y Convenios 104:78–83. El Señor nos aconseja
pagar nuestras deudas y evitar la servidumbre de estar
endeudados. (15–20 minutos.)
Invite a dos alumnos a pasar al frente. Diga a la clase que
imagine que el primer alumno le ha pedido prestada una gran
suma de dinero al segundo alumno. Pregunte al primer alumno:
• ¿Te gusta pedir dinero prestado? ¿Por qué? o ¿Por qué no?
• ¿Qué piensas de las personas a las cuales les debes dinero?
Pregunte al segundo alumno:
• ¿Te gusta prestar dinero? ¿Por qué? o ¿Por qué no?
• ¿Qué opinión tienes de las personas que tienen una deuda
contigo?
• ¿Cómo te sentirías si nunca te pagaran el dinero que te han
pedido prestado?
Pregunte a la clase:
• ¿En qué forma afecta a un préstamo el interés?
• ¿En qué forma afecta ese aumento en quienes han pedido
dinero?
Comparta lo siguiente:
• Un préstamo de $100.000 al 9 por ciento de interés, a treinta
años, tendrá un coste de interés de más de $189.000. El total
del préstamo, por consiguiente, será de más de $289.000.
• Un préstamo de $20.000 al 10 por ciento de interés, a seis
años, tendrá un coste de interés de más de $6.500.
• Si hacen un gasto de $1.800 dólares y lo cargan a una tarjeta
de crédito que tiene un interés de un 19.6 por ciento y todos
los meses pagan sólo la cuota mínima, dependiendo de
los términos del contrato de la tarjeta de crédito, tardarán
décadas en pagar el la suma original y les costará varios
miles de dólares de interés.
Lean Doctrina y Convenios 19:35; 64:27; 104:78 y fíjense en el
consejo del Señor concerniente a las deudas. Pregunte: ¿Por
qué es un consejo tan importante? Comparta la siguiente
declaración del presidente Gordon B. Hinckley:
“El presidente J. Reuben Clark Jr. dijo desde este púlpito,
en la reunión del sacerdocio de la conferencia de 1938:
‘…Una vez endeudados, el interés es su compañero cada
minuto del día y de la noche; no pueden huir ni escapar
de él; no pueden desecharlo; no cede a súplicas,
demandas ni órdenes; y cada vez que se crucen en su
camino, atraviesen su curso o no cumplan sus exigencias,
los aplastará” (en Conference Report, abril de 1938, pág.
103)…
“El presidente Heber J. Grant habló del asunto en
repetidas ocasiones desde este púlpito. Él dijo:
“ ‘Si hay algo que puede traer paz y contentamiento,
personales y familiares, es vivir dentro de los límites
de nuestras entradas. Y si hay algo desalentador y que
corroe el espíritu, es tener deudas y obligaciones que no
podemos cumplir’ (Gospel Standards, comp. G. Homer
Durham, 1941, pág. 111)…
“…los insto a evaluar su situación económica. Los
exhorto a gastar en forma moderada, a disciplinarse
en las compras que hagan para evitar las deudas hasta
donde sea posible. Liquiden sus deudas lo antes posible
y líbrense de la servidumbre” (“A los jóvenes y a los
hombres”, Liahona, enero de 1999, págs. 65–66).
Lean Doctrina y Convenios 104:78–83 y busquen las
instrucciones que el Señor dio a los miembros de la orden
unida sobre la forma de salir de deudas. Pregunte:
• ¿Por qué ayudan la diligencia, la humildad y la oración a la
persona a salir de deudas?
• ¿Por qué algunos podrían necesitar que se ablande el corazón
de sus acreedores?
• ¿En quién debemos confiar con el fin de triunfar sobre las
deudas?
• ¿Por qué esos mismos principios nos son de ayuda para
evitar el contraer deudas?
Testifique de las bendiciones de no tener deudas. Indique que
la Iglesia da un buen ejemplo sobre cómo manejar los asuntos
de dinero. Primero, la Iglesia no pide prestado dinero; segundo,
ahorra una parte de lo que recibe. El presidente Gordon B.
Hinckley declaró:
“Con respecto a las finanzas de la Iglesia, seguimos dos
principios básicos y fijos: Uno, que la Iglesia no gaste
más de lo que reciba, y dos, que se aparte un porcentaje
fijo de los ingresos para tener ciertas reservas, a fin de
estar preparados para épocas difíciles.
“Durante años la Iglesia ha enseñado a sus miembros el
principio de almacenar alimentos y ahorrar dinero para
casos de emergencia. Hemos tratado de aplicar el mismo
principio a la Iglesia, como institución” (“La situación
de la Iglesia”, Liahona, julio de 1991, pág. 62).
Introducción
Doctrina y Convenios 105
“El Campo de Sión se organizó oficialmente en New Portage,
Ohio, el 6 de mayo de 1834. En total se componía de 207
192