Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

Nuestro lugar en la historia de la Iglesia
reino de Dios (véase “Nuestro lugar en la historia de la
Iglesia”, Guía de estudio para el alumno, págs. 241–242,
párrafos 1–6; véase también D. y C. 6:6; 65:5–6).
Otras fuentes de estudio
• Gordon B. Hinckley, “Un pendón a las naciones”, Liahona,
enero de 1990, págs. 52–55.
Sugerencias para la enseñanza
“Nuestro lugar en la historia de la Iglesia”,
Guía de estudio para el alumno, págs. 241–242,
párrafos 1–6. La fe y la lealtad de los pioneros son
secundados en todo el mundo a medida que las
personas se unen a la Iglesia y se sacrifican a fin de
edificar Sión entre su propio pueblo. Todos nosotros
tenemos un papel importante en la edificación del
reino de Dios. (40–45 minutos.)
S M T W TH F S
Muestre a los alumnos láminas de pioneros (véase Las bellas artes
del Evangelio 410–415, 421). Dígales que la Iglesia utilizó el lema
“Fe en cada paso” en su celebración del sesquicentenario de
la llegada de los pioneros al Gran Valle del Lago Salado;
después pregúnteles:
• ¿Cuál creen que sería el aspecto más difícil de la vida de un
pionero?
• Si pudieran hablar con un pionero, ¿qué le preguntarían?
• ¿Qué vida sería la más difícil, la de ustedes o la de los
pioneros? ¿Por qué?
Lean la siguiente declaración del élder Neal A. Maxwell, del
Quórum de los Doce:
“Si son fieles, el día vendrá en que esos nobles pioneros
a los que alaban merecidamente por haber superado
las adversidades de un viaje por tierras desoladas, les
alabarán a ustedes por haber logrado atravesar el desierto
de la desesperación, por haber atravesado las tierras
desoladas de las costumbres mundanas y haber guardado
la fe… Y sí, ustedes podrán alabarles merecidamente por
lo que ellos hicieron en su día, pero un día [ellos], y con
ellos algunos de sus antepasados, les alabarán por haber
regresado a casa sanos y salvos” (transcrito de la charla
fogonera del SEI para jóvenes adultos, 4 de junio de 1995).
Lean juntos los párrafos 1–6 de la sección “Nuestro lugar en
la historia de la Iglesia” de la guía de estudio para el alumno,
págs. 241–242, y después analicen las siguientes preguntas:
• ¿Qué diferencias hay entre nuestros desafíos y los de los
pioneros?
• ¿En qué se parecen?
• ¿Cómo podemos seguir su ejemplo al afrontar nuestras
pruebas?
• ¿De qué modo podemos ser “pioneros” en nuestros días?
Es importante ayudar a los alumnos a apreciar la fe y los
sacrificios de los Santos de los Últimos Días en su propio país
o región. Para ello, puede seguir una o varias de las siguientes
sugerencias:
• Pida a los alumnos que compartan experiencias de miembros
de su familia que hayan hecho algún sacrificio para unirse
a la Iglesia y vivir el Evangelio.
• Pida a los alumnos que compartan experiencias de las
primeras personas que se unieron a la Iglesia en su país
o región.
• Invite a algunos “pioneros” Santos de los Últimos Días
de su localidad a ir a su clase y hablar a los alumnos de
la historia de la Iglesia en su región.
• Pida a los alumnos que hablen acerca de los lugares que
hayan visitado relacionados con la historia de la Iglesia en
su región.
• Enseñe una clase que trate de la forma en que el Evangelio
haya comenzado en la zona donde viven. (Quizá pueda
encontrar información al respecto en la revista Liahona, y
en los manuales La historia de la Iglesia en la dispensación del
cumplimiento de los tiempos y Nuestro legado: Una breve historia
de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.)
Pregunte a los alumnos: ¿En qué sentido podrían las futuras
generaciones de Santos de los Últimos Días mirarles a ustedes
como a pioneros?
Dé a los alumnos una hoja de papel en blanco y pídales que
dibujen el contorno de sus pies y que escriban en la parte
superior de la hoja, arriba de las huellas, el nombre de uno de
los pioneros o de los primeros miembros de la Iglesia sobre
los que han estudiado este año. Pídales que escriban, junto al
nombre de esa persona, lo que hizo para demostrar fe en cada
paso. Debajo de las huellas, dígales que escriban el nombre de
una persona de su propia familia o de un pionero de su país o
región y la manera en que esa persona haya demostrado fe.
Pídales que escriban sobre las huellas su propio nombre y lo
que pueden hacer para demostrar fe en cada paso. Permita
que algunos de ellos compartan lo que hayan escrito y coloque
las huellas sobre las paredes de la sala de clase.
Comparta la siguiente declaración del presidente Gordon B.
Hinckley, en ese entonces Consejero de la Primera Presidencia:
“Cada uno de nosotros tiene un campo pequeño para
cultivar, y al hacerlo, no debemos perder nunca la visión
de la magnitud de la obra, el cuadro grande compuesto
del destino divino de esta obra. Nos fue dado por Dios,
nuestro Padre Eterno, y cada uno de nosotros tiene una
función especial que desempeñar en la trama de su
magnífico tapiz. Es posible que lo que hagamos no sea
mucho, pero sí es muy importante…
“No necesito recordarles que esta obra en la cual estamos
embarcados no es una obra común. Es la causa de Cristo;
es el reino de Dios, nuestro Padre Eterno; es la edificación
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