Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

Presidente Joseph F. Smith
Pida a los alumnos que se imaginen las siguientes situaciones.
Haga una pausa después de cada frase y pregunte a los
alumnos qué haría y sentiría un joven en estas circunstancias.
• A la edad de cinco años, asesinan a su padre.
• Los siete años, se le requiere tomar sobre sí serias
responsabilidades para el cuidado de su familia.
• Cuando tenía trece años muere su madre.
• A los quince años se le llama a servir en una misión y tiene
que aprender un idioma nuevo.
• A la edad de veintidós años se le llama a servir en una
segunda misión.
• A la edad de veintisiete años se le ordena apóstol.
Pida a los alumnos que adivinen qué profeta pasó por estas
experiencias (El presidente Joseph F. Smith). Pídales que lean
los párrafos 1–3 de la sección “Presidente Joseph F. Smith” de
la guía de estudio para el alumno, págs. 195–196 y busquen la
manera en que afrontó estos desafíos. Pregunte:
• ¿Qué indica que el testimonio del presidente Smith
permaneció firme durante esos tiempos difíciles?
• ¿Cómo puede ayudarnos su ejemplo?
Lean los párrafos 4–8 y pregunte: ¿Cómo le ayudaron al
presidente Smith estas experiencias de su juventud a prepararse
para su obra como profeta?
Testifique de que el presidente Joseph F. Smith, como todo otro
profeta, fue preordenado y que se le preparó a través de las
experiencias de su juventud para su sagrado llamamiento.
Comparta las siguientes declaraciones. El hijo del presidente
Joseph F. Smith, el presidente Joseph Fielding Smith, escribió:
“Durante los siglos en que vivimos en nuestro estado
preterrenal, no sólo desarrollamos nuestros diversos
atributos y demostramos nuestra dignidad y capacidad,
o la ausencia de las mismas, sino que también estábamos
en un lugar donde tal progreso podía observarse. Es
razonable pensar que la Iglesia estaba organizada allí;
los seres celestiales vivían en una sociedad perfectamente
organizada y toda persona sabía cuál era su lugar. El
sacerdocio, sin duda, se había conferido, y se escogieron
los líderes que debían oficiar. Se requería efectuar las
ordenanzas propias de aquel estado preterrenal y el amor
de Dios prevalecía. Bajo tales condiciones es natural que
nuestro Padre pudiera discernir y escoger a aquellos que
eran los más dignos y evaluar los talentos de cada persona.
Él sabía no sólo lo que cada uno de nosotros podía hacer,
sino también lo que haríamos cuando se nos pusiera
a prueba y se nos dieran responsabilidades. Después,
cuando llegó el tiempo de partir para morar en la tierra,
se prepararon todas las cosas y se escogieron y ordenaron
a los siervos del Señor para sus respectivas misiones”
(The Way to Perfection, 1970, págs. 50–51; véase también
Jeremías 1:5 y Abraham 3:22–23).
El presidente Ezra Taft Benson, en ese entonces Presidente del
Quórum de los Doce, dijo: “Todo Presidente ha sido escogido
especialmente para el momento y la situación en que el mundo
y la Iglesia lo necesitaban” (The Teachings of Ezra Taft Benson,
1988, pág. 142).
“Presidente Joseph F. Smith”, Guía de estudio para
el alumno, págs. 196–198, párrafos 9–21, 37. Somos
hijos de un Padre Celestial que nos ama. Por medio
de la Expiación de Jesucristo, un día podremos regresar
a la presencia del Padre. (15–20 minutos.)
Lea los siguientes títulos por los que se conoce a Dios, uno a
uno, y pregunte a los alumnos si se refieren al Padre Celestial
o a Jesucristo:
• Salvador
• Hijo
• Creador
• Redentor
• Padre
Pida a los alumnos que lean los párrafos 9–15 de la sección
“Presidente Joseph F. Smith” de la guía de estudio para el
alumno, págs. 196–197. Analicen la razón por la que tanto el
Padre Celestial como Jesucristo pueden ser llamados el Padre.
Pregunte:
• ¿A quién se le podría llamar el Padre de nuestra
espiritualidad? (a Jesucristo.) ¿Por qué? (A causa de la
Expiación.)
• ¿Qué bendiciones reciben los que aceptan a Jesucristo como
su Padre espiritual?
• ¿Quién es el Padre de nuestros espíritus? (El Padre Celestial.)
Comparta la siguiente declaración del élder Bruce R. McConkie,
que fue miembro del Quórum de los Doce:
“Además de adorar al Padre, nuestro gran y eterno Guía,
por cuya palabra los hombres son, existe un sentido
en el que adoramos al Hijo. Le rendimos honor divino,
reverencia y homenaje por Su sacrificio expiatorio,
ya que la inmortalidad y la vida eterna vienen por Su
mediación. Él no acapara la reverencia, el honor y el
respeto que le corresponden al Padre, pero es digno de
recibir toda la gloria y alabanza que nuestras almas
enteras sean capaces de albergar” (The Promised Messiah:
The First Coming of Christ, 1978, pág. 566).
Lean los párrafos 16–21 y pregunte:
• ¿Por qué sería de ayuda la declaración del presidente Smith
a los que se preguntan qué relación existe entre la ciencia
y el Evangelio? (Nota: No entre en un debate en cuanto a la
evolución con sus alumnos. Limítese a los principios que se
tratan en la declaración del presidente Smith).
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