Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

Doctrina y Convenios 134
Pregunte:
• ¿Por qué influyen esas señales en su forma de pensar acerca
de la Segunda Venida?
• ¿Qué ventajas tiene el conocer las señales de la Segunda
Venida?
• ¿Qué pueden hacer para familiarizarse más con esas señales?
• ¿Qué podemos hacer para saber más acerca de otras señales
de la Segunda Venida? (Estudiar las Escrituras y las palabras
de los profetas.)
El élder Boyd K. Packer, en ese entonces miembro del
Quórum de los Doce, dijo:
“Las Autoridades Generales, que constantemente están
viajando a los confines de la tierra, ciertamente se
dan cuenta de lo que está pasando, y en virtud de su
percepción profética, pueden reconocer las señales de
los tiempos…
“Es preciso alejarse de [aquellas personas que predican
sin la debida autoridad]. Los miembros deben seguir a
sus líderes que han sido debidamente ordenados, que han
sido sostenidos públicamente y que no los conducirán
por caminos errados” (“Bueno es ser sabio, si…”,
Liahona, enero de 1993, pág. 82).
El élder Bruce R. McConkie escribió:
“En nuestros días aguardamos con esperanza y
felicidad la segunda venida del Hijo del Hombre y el
establecimiento del reino milenario de paz y justicia,
sobre el cual Él asumirá el gobierno personalmente
por el espacio de mil años. No sabemos, ni tampoco
lo sabremos, el día y la hora de ese temible y a la vez
bendito día. Se espera que leamos las señales de los
tiempos y, por consiguiente, sepamos la hora aproximada
del regreso del Señor y estemos por lo tanto
constantemente preparados” (The Promised Messiah:
The First Coming of Christ, 1978, pág. 457).
Introducción
Doctrina y Convenios 134
La sección 134 contiene una declaración de la creencia
concerniente a los gobiernos y a las leyes. Esta sección la
aprobaron los miembros de la Iglesia para que se incluyese en
la edición de 1835 de Doctrina y Convenios. Los Artículos de
Fe números once y doce enseñan que las leyes deben permitir
a la gente el derecho de adorar a Dios “conforme a los dictados
de [su] propia conciencia” y que las personas deben estar
sujetas a los gobernantes “en obedecer, honrar y sostener la
ley”. El presidente N. Eldon Tanner enseñó:
“Es muy importante que todos los ciudadanos se informen
sobre todos los asuntos del gobierno, que sepan y entiendan
las leyes del país; y que participen activamente, siempre que
sea posible, en las elecciones, escogiendo a hombres honrados
y prudentes que administren los asuntos del gobierno…
“Abraham Lincoln dijo: ‘Si existen leyes injustas, deben
abrogarse a la brevedad posible; no obstante, mientras
continúen en vigencia, deben observarse estrictamente’.
“Y tal es la actitud de la Iglesia con respecto a la observancia
de la ley. Estamos de acuerdo con quien dijo lo siguiente:
“ ‘En realidad, el hombre que contraviene la ley es como el
insensato que corta con la sierra el extremo del tablón donde
él mismo está sentado. La falta de respeto por la ley es siempre
la primera señal de una sociedad que empieza a desintegrarse.
Este respeto constituye la más fundamental de todas las virtudes
sociales, pues la oposición a lo que la ley establece da como
resultado la violencia y la anarquía’ ” (Case and Comment,
ejemplar de marzo y abril de 1965, pág. 20).
“…Cristo nos dio un gran ejemplo como ciudadano respetuoso
de la ley, cuando los fariseos, con la intención de sorprenderle
en alguna palabra, como dicen las Escrituras, le preguntaron
si era lícito dar tributo al César. Entonces Él preguntó a su vez
de quién era la imagen y la inscripción que había en la moneda
del tributo; y ellos le respondieron que era la del César.
Entonces Él les dijo:
“ ‘Dad, pues, a César lo que es de César; y a Dios lo que es de
Dios’ (Mateo 22:21).
“El deber de los ciudadanos de cualquier país es recordar que
tienen responsabilidades individuales y que deben ajustarse
a las leyes del país en que viven” (véase “Las leyes de Dios”,
Liahona, febrero de 1976, pág. 70).
Algunos principios importantes
del Evangelio para tener en cuenta
• Creemos que los gobiernos tienen el derecho de promulgar
leyes para la paz y la seguridad de sus ciudadanos pero no
interferir con la adoración justa (véase D. y C. 134:1–4, 7, 9,
11–12; véase también D. y C. 42:79, 84–86; 101:76–80).
• Los gobiernos fueron instituidos por Dios para el beneficio
del hombre. Es el deber de toda la gente obedecer las leyes
de la nación en la cual vive (véase D. y C. 134:1, 5–8; véase
también D. y C. 58:21; Declaración Oficial—1).
• Las organizaciones religiosas no tienen derecho a quitar
a las personas la vida ni tampoco quitarles sus bienes. Sólo
pueden negar a una persona el derecho ser miembro de
su organización o suspenderles sus derechos de miembro
(véase D. y C. 134:4, 10; véase también D. y C. 20:80;
102:1–2, 18–24).
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