Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia - Seminaries ...

El Periodo de Nueva York y Pensilvania
Algunos principios importantes
del Evangelio para tener en cuenta
• La mayor parte de la revelación personal de Dios se recibe
en el corazón y en la mente por el poder del Espíritu Santo
(véase D. y C. 8:1–3; 9:8–9; véase también D. y C. 6:15, 22–23).
• Para recibir y comprender la revelación de Dios, se necesita
estudiar, vivir rectamente, una seria decisión y paciencia
(véase D. y C. 9:1–11).
• Debemos estar contentos con los llamamientos que el Señor
nos da (véase D. y C. 9:3–6, 11–14; véase también Filipenses
4:11; Alma 29:1–3).
Otras fuentes de estudio
• La historia de la Iglesia en la dispensación del cumplimiento de
los tiempos: Religión 341–343, pág. 60.
• Doctrina y Convenios, Manual para el alumno: Religión
324–325, págs. 17–20.
Sugerencias para la enseñanza
Video sobre Doctrina y Convenios y la Historia de la Iglesia,
presentación 6, “Éste es el espíritu de revelación” (10:15),
se podría utilizar para enseñar Doctrina y Convenios 6; 8–9
(véase la Guía para el video de Doctrina y Convenios y la Historia
de la Iglesia, para obtener sugerencias para la enseñanza).
Doctrina y Convenios 8:2–3 (Dominio de las
Escrituras). La revelación de Dios se recibe en el
corazón y en la mente por el poder del Espíritu Santo.
(5–10 minutos.)
Muestre la lámina “El cruce del Mar Rojo” de la Guía de estudio
para el alumno (véase la sección “La comprensión de las
Escrituras” correspondiente a D. y C. 8, o utilice la lámina
62100). Pregunte a los alumnos: ¿De qué modo piensan que
reveló Dios a Moisés que debía dividir las aguas del Mar Rojo?
Pídales que lean Doctrina y Convenios 8:1–3 para encontrar la
respuesta. Pregunte: ¿Cómo se compara eso a la forma en que
nosotros recibimos revelación?
Muchos jóvenes tal vez piensen que la revelación es algo que
sólo los obispos o las Autoridades Generales pueden recibir.
Asegúrese de que los alumnos comprendan que la revelación
está a disposición de todos los que son dignos. Comparta la
siguiente declaración del presidente Boyd K. Packer, Presidente
en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles:
“La casa del Señor es una casa de orden. El profeta
José Smith enseñó ‘que es contrario al sistema de Dios
que un miembro de la Iglesia, o cualquier otro, reciba
instrucciones para los que poseen una autoridad mayor
que la de ellos’ (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 18).
“Podemos recibir revelación individual, como la recibe
un padre para su familia; o para aquellos de quienes
somos responsables como líderes o maestros, habiendo
sido debidamente llamados y apartados” (“Revelación
personal: el don, la prueba y la promesa”, Liahona,
enero de 1995, pág. 71).
Con el fin de que los alumnos comprendan mejor la naturaleza
de la mayoría de las revelaciones personales, comparta la
siguiente declaración del presidente Spencer W. Kimball,
en ese entonces Presidente del Quórum de los Doce:
“Los arbustos ardientes, las montañas humeantes, el
gran lienzo de cuadrúpedos terrestres, los Cumorahs
y los Kirtlands fueron realidades, pero son la excepción.
El gran volumen de revelaciones las recibieron Moisés
y José y las recibe el profeta en la actualidad en forma
menos espectacular: como una profunda impresión, sin
espectáculo ni acontecimientos dramáticos.
“Siempre en espera de lo espectacular, muchos perderán
en forma absoluta el constante fluir de la comunicación
revelada” (véase Conferencia General de Área, verificada
en Munich, Alemania, agosto de 1973, pág. 82).
Comparta también la declaración del élder Boyd K. Packer:
“El Espíritu no atrae nuestra atención por medio de gritos
ni sacudidas bruscas. Por lo contrario, nos susurra;
nos acaricia tan tiernamente que si nos encontramos
demasiado enfrascados en nuestras preocupaciones,
quizás no lo percibamos en absoluto” (“La lámpara de
Jehová”, Liahona, dic. de 1988, pág. 35; véase también
1 Reyes 19:11–12; Helamán 5:30).
Doctrina y Convenios 8–9. Podemos aprender a
reconocer y a responder al Espíritu. (15–25 minutos.)
Pida a los alumnos que hayan desarrollado alguna habilidad
(por ejemplo, en arte, música o idioma extranjero) que digan
a la clase cuánto tiempo les llevó desarrollarla. Pregúnteles
cuántos años han estado esforzándose por lograrlo y cuántas
horas por semana la practican o se capacitan. O pida a algunos
alumnos que entrevisten miembros de sus barrios, ramas o
comunidades que tengan alguna habilidad especial e informen
a la clase cuánto tiempo les llevó a esas personas el aprenderla
y practicarla. Analicen las preguntas siguientes:
• ¿Cuántos de ustedes han sido bautizados y confirmados?
• ¿Qué creen que una persona debe hacer para recibir el
don del Espíritu Santo? (Asegúrese de que los alumnos
comprendan que, aun cuando recibamos el derecho de
tener el don del Espíritu Santo durante la confirmación,
debemos vivir dignamente con el fin de recibirlo.)
40