Lecturas Segunda Septiembre 2012 - Insumisos
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Es positivo el anuncio de paz del Presidente, luego de sus más recientes y reiterados pregones llamando a la<br />
guerra.<br />
La urgencia de la paz ha sido reclamada por las grandes mayorías durante todo el tiempo de este conflicto<br />
fratricida, a través de todas sus expresiones de lucha; por eso para quienes estamos del lado de las mayorías,<br />
el anuncio del Presidente es positivo, así como todas las expresiones de respaldo a la paz de Colombia desde<br />
todo los ámbitos del país como de la Comunidad internacional, mucho más cuando unas son expresiones<br />
teóricas y otras, las más importantes, acciones de gobiernos y pueblos que en actitud prudente y denodada,<br />
asumen la responsabilidad de trabajar por los anhelos de paz de todas y todos los Colombianos.<br />
Por parte del ELN, nos hemos comprometido y realizado serios esfuerzos por la paz, desde hace mas de 20<br />
años, incluida la firma de una agenda de acuerdos que el presidente Pastrana reversó por presión de los<br />
paramilitares, respaldados desde entonces, por quienes hoy alzan su voz en contra de un posible acuerdo<br />
para la paz de Colombia.<br />
Los fracasos en el proceso de paz, no nos ha amilanado, al punto que incluso en el gobierno de Uribe,<br />
conociendo sus propósitos guerreristas y sus posturas retardatarias, se estableció una mesa que ese<br />
gobierno cerró de manera abrupta e irresponsable.<br />
Por eso reafirmamos que no es solo ahora, sino desde hace mas de dos décadas, que hemos hecho esfuerzos<br />
por un proceso serio, responsable e incluyente de la sociedad y hemos ratificado esa postura de manera<br />
reiterada.<br />
Sin embargo, expresamos otra vez, que buscamos una paz que es esquiva porque ese genérico PAZ, no tiene<br />
para todos las mismas connotaciones, contenidos y esencia.<br />
Para los pobres de Colombia, paz es justicia y equidad social, democracia real, soberanía y de manera muy<br />
particular pero profunda, el resarcimiento efectivo por los estragos de este conflicto social y armado<br />
fratricida, que ha destruido y generado profundas malformaciones en la sociedad, perdiéndose los<br />
parámetros que permite la convivencia, la tolerancia, el reconocimiento a la diferencia y la diversidad, dentro<br />
de principios éticos.<br />
Para la clase en el poder, la paz es diferente, ella ve la paz que las mayorías reclamamos como un estado de<br />
cosas donde no se afecten sus intereses económicos y políticos, su poder, sus aspiraciones capitalistas y su<br />
futuro personal, concebidos dentro del sistema capitalista.<br />
Lograr conciliar estas dos concepciones contrapuestas, requiere para la clase gobernante hacer concesiones,<br />
grandes esfuerzos y sacrificios, pero es el arte y el camino para construir la paz estable y duradera. Por eso la<br />
gran pregunta, ¿tiene la clase gobernante la disposición de transitar el camino hacia una paz de profundo<br />
contenido social y político?<br />
Para los pobres de Colombia y los revolucionarios, la paz es la recuperación de los derechos siempre negados,<br />
mientras que para los ricos, la paz les exige grandes esfuerzos porque implica reconocer los derechos de<br />
todos y asumir ese reto en lo político, lo económico y lo social.<br />
Consientes de estos escollos, debemos reiterar y hacer el llamado a comprometernos por la paz auténtica,<br />
desafiando las dificultades que existen y trabajando para que entre todas las expresiones de la sociedad y el<br />
decidido apoyo de la comunidad internacional, se pueda blindar el proceso contra los atranques por<br />
desacuerdos, como por los ataques de sus enemigos.<br />
Hemos planteado que la llave de la paz está en manos del pueblo y la nación, el Presidente era quien debía<br />
abrir los espacios del dialogo con la insurgencia como el primer paso, ya que un proceso de paz real, es