Lecturas Segunda Septiembre 2012 - Insumisos
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una niña (o de un niño) de unos siete años de edad que habitó en esa región hace más de 50.000 años. En el<br />
mismo lugar se encontraron también varios artefactos y herramientas y, algo más tarde, dos piezas dentales.<br />
Los restos eran demasiado escasos como para determinar, por su morfología, la especie humana a la que<br />
pertenecían. Así que terminaron en Leizpig (Alemania), en manos de Svante Pääbo, director del Instituto Max<br />
Planck de Antropología Evolutiva y uno de los mayores expertos mundiales en ADN fósil.<br />
Pääbo, el investigador que logró secuenciar el genoma del hombre de Neandertal, consiguió extraer del<br />
hueso del dedo varias muestras de ADN mitocondrial, un material genético que no se encuentra en el núcleo<br />
de las células, sino repartido en diversos orgánulos (mitocondrias) del citoplasma celular y que sólo se<br />
transmite de madres a hijas. Por eso bautizó el fósil como "Mujer X".<br />
Un nuevo grupo humano<br />
Los resultados del análisis genético del homínido de Denisova supusieron una sorpresa mayúscula para los<br />
investigadores. De hecho, su ADN mitocondrial no coincidía con el de los neandertales, como se suponía en<br />
un principio, y tampoco con el de los hombres modernos, nuestra propia especie. Por el contrario, las<br />
diferencias genéticas eran suficientemente profundas como para pensar en un grupo completamente nuevo.<br />
De inmediato, Pääbo y su equipo empezaron a trabajar para obtener, y secuenciar, ADN nuclear del pequeño<br />
dedo infantil. Un material imprescindible para confirmar (o desmentir) el "mensaje" sugerido por el ADN<br />
mitocondrial del fósil. Hoy, en un artículo que publica la revista Science, el misterio se desvela por fin. Y se<br />
confirma lo que los científicos sospechaban: la "mujer X" perteneció a una especie humana desconocida<br />
hasta ahora. Una especie que hunde sus raíces en la noche de los tiempos y que está muy emparentada con<br />
los neandertales, con los que comparte un ancestro común. «La secuenciación genética muestra que los<br />
neandertales y los denisovanos son grupos hermanos, que se separaron de una población ancestral común<br />
después de escindirse de los humanos modernos», explicó David Reich, otro de los científicos implicados en la<br />
investigación.<br />
Para obtener el ADN del núcleo de las células, Pääbo utilizó método basado en el que le permitió secuenciar<br />
el genoma del hombre de Neandertal. Los investigadores consiguieron así una secuencia genética muy<br />
detallada y que es comparable a la que se puede obtener para el estudio del genoma humano moderno.<br />
«Ésta ha sido la primera vez que se ha descubierto y definido un nuevo grupo de humanos extinguidos a<br />
través de las evidencias extraidas de una secuenciación de ADN, y no estudiando la morfología de los<br />
huesos», dijo Pääbo. También aseguró que «con unas pocas excepciones técnicas ya no hay diferencias entre<br />
lo que podemos aprender del análisis genético de una persona moderna o una de hace 50.000 años, siempre<br />
que tengamos huesos suficientemente bien conservados».<br />
Contribución al genoma en Melanesia<br />
El siguiente paso de la investigación fue, precisamente, el de comparar el genoma del homínido de Denisova<br />
con el de diferentes poblaciones modernas de muy diversas zonas del planeta. Y el resultado fue que los<br />
denisovanos contribuyeron al genoma humano actual, aunque esa contribución varía de una población a<br />
otra. «Mientras que los neandertales han contribuido al ADN de todos los humanos que viven hoy fuera de<br />
África, los denisovanos sólo han aportado a gente de Papua Nueva Guinea, Fiji, Australia y otros lugares de<br />
Melanesia», explicó Pääbo.<br />
Además, algunos alelos denisovanos (cada una de las variantes que puede tener un gen) fueron encontrados<br />
tanto en poblaciones de Asia como de Sudamérica y Europa, aunque Pääbo piensa que proceden más de la<br />
hibridación entre humanos modernos y neandertales que directamente de los denisovanos.<br />
Pero el estudio aporta otras informaciones sorprendentes. Como por ejemplo que la niña (o niño) cuyo<br />
genoma fue secuenciado lleva alelos que en los humanos modernos se relacionan con una piel y cabello<br />
oscuros y con ojos marrones. «Es muy probable que fuesen de piel oscura. Realmente es lo único que