Lecturas Segunda Septiembre 2012 - Insumisos
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Paul Imison<br />
CounterPunch<br />
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens<br />
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=155605<br />
CIUDAD DE MÉXICO – El viernes, miles de personas en Ciudad de México se sumaron a un funeral simulado<br />
para lamentar la “muerte” de la democracia mexicana. No tienen que preocuparse. La resistencia misma de<br />
los ciudadanos al fraude electoral de este verano –ejemplificada por el movimiento #YoSoy 132 dirigido por<br />
los estudiantes– muestra que siguen funcionando sus signos vitales.<br />
Enrique Peña Nieto del Partido Institucional Revolucionario (PRI) es ahora oficialmente presidente electo de<br />
México y prestará juramento el 1 de diciembre. Todos lo supimos la noche del 1 de julio cuando el presidente<br />
Felipe Calderón del Partido de Acción Nacional (PAN) ungió a su sucesor al estilo dedazo tres días antes de<br />
que se anunciara el recuento final. Lo supimos con certeza al día siguiente cuando el presidente de EE.UU.,<br />
Barack Obama, reconoció la victoria.<br />
“¡La presidencia no puede ser comprada!” gritaron miembros del izquierdista Partido de la Revolución<br />
Democrática (PRD) cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anunció que<br />
ratificaría la elección el jueves. La coalición del Movimiento Progresista –compuesta por el PRD, el Partido del<br />
Trabajado (PT) y el Partido del Movimiento Ciudadano– había exigido una investigación total de la elección<br />
después de la aparición de evidencia de gastos ilegales en la campaña, de una flagrante compra de votos y<br />
de abrumadora parcialidad por parte de los medios derechistas.<br />
A diferencia de EE.UU., las elecciones mexicanas están reguladas estrictamente para garantizar la máxima<br />
transparencia y juego limpio. Los candidatos reciben aproximadamente 26 millones de dólares para su uso;<br />
el financiamiento privado y las campañas negativas están prohibidos; la televisión y la publicidad en los<br />
medios son asignados por el Instituto Federal Electoral (IFE). Esa es la teoría, por lo menos.<br />
Incluso antes de que los mexicanos fueran a las urnas, cientos de miles de personas marcharon en protesta<br />
contra los intentos del PRI de comprar las elecciones así como contra medios corporativos tan parciales que<br />
podrían enseñar un par de cosas a Fox News. En cuando a los supuestamente “autónomos” TEPJF e IFE<br />
cuesta no creer que el jurado esté manipulado.<br />
Uno se pregunta si Enrique Peña Nieto, como Calderón en 2006, tendrá que prestar juramento a medianoche<br />
y a puerta cerrada para impedir que las hordas indignadas arruinen la fiesta. Se está convirtiendo<br />
rápidamente en una tradición desde que México “hizo la transición a la democracia” en el año 2000.<br />
Cómo “funciona” la democracia mexicana<br />
En muchos aspectos ya es un déjà vu, Felipe Calderón del derechista PAN derrotó a Andrés Manuel López<br />
Obrador (AMLO) del PRD por solo 0,56% de los votos. Gracias al mordaz libro sobre Calderón del veterano<br />
periodista Julio Scherer García sabemos que el PAN pagó unos 800.000 dólares a la compañía Hildebrando –<br />
de propiedad parcial del cuñado del presidente– contratada por el IFE para diseñar el software electoral.<br />
Junto con la pista de papel, la confirmación provino directamente de boca del expresidente del partido<br />
Manuel Espino.<br />
Este año, el PRI, que gobernó México durante 71 años consecutivos como una dictadura de facto (“la<br />
perfecta dictadura” según el escritor peruano Mario Vargas Llosa), adoptó una táctica mucho más simple:<br />
arrojar dinero por doquier. Es un procedimiento bastante acostumbrado en, digamos, EE.UU., donde las<br />
elecciones son una lucha libre corporativa, pero en México las reformas electorales introducidas desde los<br />
años noventa se crearon precisamente para impedir una farsa semejante.