Lecturas Segunda Septiembre 2012 - Insumisos
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“Los que van a negociar son partes de un conflicto y el lenguaje que se habla en un conflicto es el lenguaje de<br />
la violencia”, explica. El poder de negociación de cada parte es justamente el de las armas. “Y aunque suene<br />
paradójico, es perfectamente racional desde ese punto de vista de un actor armado, en un conflicto armado,<br />
mostrar su capacidad militar durante las negociaciones, lo que puede llevar a un aumento de la violencia<br />
cuando empiece el proceso”.<br />
*Marcela Aguila y Sergio Ferrari / swissinfo.ch<br />
Nestor Francia<br />
Hacia la paz en Colombia: a la ultraderecha no le gusta el diálogo<br />
http://www.surysur.net/<strong>2012</strong>/09/hacia-la-paz-en-colombia-a-la-ultraderecha-no-le-gusta-el-dialogo/<br />
Sobre las negociaciones de paz anunciadas tanto por Santos como por las FARC lo primero a resaltar es que<br />
sin duda abren un camino de esperanza para los colombianos y para todos los pueblos de América Latina, en<br />
el sentido de que se pueda superar un conflicto que evidentemente no tiene salida militar y se podría<br />
prolongar hasta el infinito, con su secuela de dolor para tantos colombianos humildes, que son los que más<br />
han sufrido esta situación, y las dificultades que causa en los países fronterizos con Colombia.| NÉSTOR<br />
FRANCIA.*<br />
No todos están alegres con este anuncio, aunque se congratulen de la boca para afuera; pero sobre eso<br />
volveremos más adelante.<br />
Por lo pronto es claro que el acuerdo inicial es una victoria de la perseverancia y la consecuencia de las FARC,<br />
pero también, hay que decirlo, de las corrientes autocríticas que se han venido fortaleciendo en su seno. En<br />
ese sentido, dijimos en otro análisis lo siguiente:<br />
“Las FARC son todavía muy fuertes, se habla de alrededor de 10.000 combatientes, además de su influencia<br />
en regiones y poblaciones colombianas. No están acabadas, pero tampoco están avanzando. Nosotros no<br />
tenemos el suficiente conocimiento de la realidad colombiana para señalarles caminos a las FARC. Pero sí<br />
creemos que los caminos recorridos deben ser revisados y nuevos caminos deben ser abiertos. Para eso hace<br />
falta coraje político y real perspectiva de poder”.<br />
Es esto lo que ha hecho las FARC al tomar una vía de negociación que parece ser la más seria que se ha<br />
ensayado desde el inicio del conflicto, ojalá así sea.<br />
En todo caso, las FARC tienen desde ya logros importantes. Se les ha reconocido plenamente como una<br />
fuerza política beligerante, inclusive por factores de la derecha internacional, como los gobiernos de Noruega<br />
y de Chile. Y además la presencia de sus ideales se refleja nítidamente en dos puntos negociables que<br />
presiden los cinco que señalara ayer Santos en su alocución, concretamente los que se refieren al “desarrollo<br />
rural y mayor acceso a la tierra”, y a las “garantías del ejercicio de oposición política y participación<br />
ciudadana”.<br />
Por supuesto estas negociaciones tienen enemigos jurados. Unos abiertos y otros encubiertos. Ayer el<br />
candidato majunche, después de “celebrar” el anuncio, volvió sobre una de las cantaletas preferidas del<br />
uribismo internacional y del patio, del cual son fichas conocidas Capriles y su carnal Leopoldo López:<br />
“Venezuela no será refugio para grupos armados, paramilitares ni grupos que secuestran. Tengo un<br />
compromiso con los venezolanos y con los tachirenses, yo no quiero llegar como presidente y que me digan<br />
que aquí cobran vacuna y pasan raqueta”.<br />
Estas palabras coinciden con las de otro derechista que se ha venido declarando abiertamente uribista desde<br />
hace algún tiempo, Alberto Franchesqui[1]: