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<strong>Feminismos</strong> <strong>negros</strong><br />
que recibe. Por el contrario, ella alaba a su amante por su habilidad sexual<br />
y proclama que le ama a pesar de la brutalidad a la que se ve sometida. La<br />
interpretación de Smith de Outside of That es de algún modo más sutil que en<br />
Yes, Indeed He Do, pero una escucha atenta confi rma que utiliza su voz para<br />
ironizar y criticar a la narradora (incluso si resulta que ella misma es esa<br />
mujer), que abraza con tal entusiasmo a un compañero tan perjudicial para<br />
su bienestar físico y emocional.<br />
El secretismo y el silencio que históricamente han acompañado a la violencia<br />
machista están conectados a su construcción social como un problema privado,<br />
secuestrado tras las impenetrables paredes domésticas, y no como un<br />
problema social, que merezca atención política. Hasta hace muy poco, estaba<br />
tan efi cazmente confi nado a la esfera privada que, por lo general, los agentes<br />
de policía intervenían en las «discusiones domésticas» sólo en situaciones «de<br />
vida o muerte». Incluso en los años noventa, la acción policial, cuando tiene<br />
lugar, todavía se ve acompañada de una seria reticencia a que las fuerzas<br />
públicas del Estado intervengan en los asuntos privados de los individuos. 79<br />
Outside of That presenta, de forma efi caz, la violencia contra las mujeres como<br />
un problema que debe ser considerado de forma pública. La canción nombra<br />
el problema desde la voz de la mujer, objetivo de las palizas: «He beats me<br />
[…] He blacked my eyes, I couldn’t see […] he turned around and knocked<br />
out both of my teeth». Nombra la violencia doméstica en el contexto colectivo<br />
de la interpretación del blues y por tanto lo defi ne como un problema que merece<br />
estar presente en el discurso público. Escuchando esta canción, las mujeres<br />
que eran víctimas de tales abusos podían percibirlos, consecuentemente,<br />
como una condición compartida y, por lo tanto, social.<br />
Sólo podemos hacer conjeturas sobre si las mujeres, como público de Bessie<br />
Smith, eran capaces de utilizar sus actuaciones como punto de apoyo a partir<br />
del cual desarrollar actitudes más críticas hacia la violencia que sufrían. Ciertamente,<br />
la campaña organizada para erradicar la violencia doméstica no emergió<br />
en Estados Unidos hasta los años setenta. Las mujeres comprometidas en<br />
estos primeros esfuerzos tomaron prestada la estrategia de «concienciación»<br />
del movimiento de mujeres chinas que promovía «hablar de la amargura» o<br />
79 Véase Susan Schechter, Women and Male Violence: The Visions and Struggles of the Batt ered Women’s<br />
Movement, Boston, South End, 1982, para una revisión de primer movimiento anti-violencia. Un<br />
estudio reciente excelente, que se centra específi camente en las mujeres negras y la violencia<br />
doméstica, es Compelled to Crime: The Gender Entrapment of Batt ered Women de Beth Richie, Nueva<br />
York, Routledge, 1996.<br />
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