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<strong>Feminismos</strong> <strong>negros</strong><br />
La producción teórica de Hazel V. Carby discurre también en ese territorio<br />
amplio, de cruces, interconexión y viaje, que es el Atlántico Negro. Desde<br />
ahí ha contribuido sustancialmente a la generación de pensamiento negro. 42<br />
El texto que presentamos aquí, «White Women Listen! Black Feminism and<br />
the Boundaries of Sisterhood» se enmarca en ese tipo de producción que se<br />
generaba en el CCCS en los años ochenta, trabajo intelectual de un alto nivel,<br />
pero con clara vocación de transformación política. También Carby quería<br />
contribuir a la transformación política del feminismo. En primer lugar, denunció<br />
los vacíos, las lagunas existentes, en el que aparecía como el movimiento<br />
hegemónico desde los años setenta. Se posicionó junto a las feministas<br />
negras que, a ambos lados del Atlántico, desde diferentes posiciones, y<br />
a través de distintas estrategias, exigían que se reconociera la existencia del<br />
racismo como un rasgo estructural de sus relaciones con las feministas blancas.<br />
En segundo lugar, criticó y cuestionó supuestos conceptos universales<br />
centrales en la teoría feminista, que demostró problemáticos en su aplicación<br />
a las vidas de las mujeres negras como «familia», «patriarcado» y «reproducción».<br />
Sentaba así las bases para una sistematización del conocimiento<br />
construido por las feministas negras en contextos afroamericanos, asiáticos<br />
y africanos. En tercer lugar, abrió una vía para una posible interpretación<br />
del feminismo por parte de diferentes grupos de mujeres desde posiciones<br />
igualitarias. Para ello se precisan conceptos que permitan especifi cidad y, al<br />
tiempo, provean de puntos de referencia transcultural; Carby apuesta por el<br />
concepto de «sistemas sexo-género» de Gayle Rubin que, por un lado, ofrece<br />
la oportunidad de ser histórica y culturalmente específi co y por otro, señala<br />
la posición de autonomía relativa de la esfera sexual posibilitando que la<br />
subordinación de las mujeres sea vista como un «producto de las relaciones<br />
que organizan y producen el sexo y el género». Desde este marco cualquier<br />
relación familiar debe entenderse y explicarse desde la lógica propia de un<br />
sistema sexo-género específi co, y cualquier patrón de subordinación debe<br />
ser historizado, antes que desestimado como un producto de una estructura<br />
familiar patológica.<br />
La publicación de «White Women Listen!» alimentó un corpus teórico crítico<br />
con el feminismo blanco por parte de feministas negras británicas ―incluyendo<br />
el monográfi co que la revista Feminist Review les dedicó en el año 1984, «Many<br />
42 Véase, por ejemplo, Hazel V. Carby, Reconstructing Womanhood: The emergence of the Afro-American<br />
Women Novelist, Nueva York, Oxford University Press, 1987; Race Men: The Body of Soul<br />
and Race, Nation and Manhood, Cambridge, Harvard University Press, 1998; Cultures in Babylon,<br />
Londres, Verso, 1999.<br />
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