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<strong>Feminismos</strong> <strong>negros</strong><br />
Hay pocas razones para creer que esto vaya a mejorar. Este crimen se perpetra en<br />
mayor número cada año. La generación de <strong>negros</strong> que ha crecido desde la guerra ha<br />
perdido en gran medida el tradicional y saludable respeto hacia la raza blanca que<br />
mantenía a los <strong>negros</strong> bajo control, incluso cuando sus amos estaban en el ejército<br />
y sus familias se quedaban sin protección, excepto la de los mismos esclavos. Ya no<br />
hay nada que controle la brutal pasión del negro.<br />
¿Qué podemos hacer? La violación siempre es horrible pero al hombre del Sur<br />
no hay nada que le horrorice más y le llene tanto de odio y de furia como el ultraje<br />
de una mujer blanca por parte de un negro. Es la cuestión de la raza en su aspecto<br />
más feo, más vil, más peligroso. El negro en tanto factor político puede controlarse.<br />
Pero ni las leyes ni los linchamientos pueden domeñar su lujuria. Antes o después,<br />
se producirá una crisis y no sabemos la forma que puede llegar a tomar.<br />
En el número del 4 de junio, el Evening Scimitar de Memphis ofrece la siguiente<br />
excusa de la ley del linchamiento:<br />
Además de la violación de mujeres blancas por <strong>negros</strong>, que es el afl oramiento de<br />
una perversión bestial del instinto, la causa principal de los problemas entre razas<br />
en el Sur es la falta de educación del negro. Cuando era un esclavo, aprendió a ser<br />
educado al relacionarse con gentes blancas que se tomaron la molestia de enseñarle.<br />
Desde que se produjo su emancipación y se rompió el vínculo de interés mutuo<br />
entre el amo y el criado, el negro ha derivado a un estado que no es ni de libertad<br />
ni de cautiverio. Al carecer de la inspiración adecuada de la primera y de la fuerza<br />
restrictiva de la segunda, ha asumido la idea de que la grosera insolencia es independencia<br />
y de que el ejercicio de un grado decente de educación hacia la gente<br />
blanca es equivalente a la sumisión servil. Como consecuencia de la prevalencia<br />
de esta noción, hay muchos <strong>negros</strong> que aprovechan cualquier oportunidad para<br />
ser ofensivos, particularmente cuando piensan que pueden hacerlo con impunidad.<br />
Hemos tenido demasiados ejemplos de ello aquí en Memphis como para dudarlo<br />
y nuestra experiencia no es excepcional. La gente blanca no aguantará este tipo<br />
de ofensa y siempre que sean insultados individualmente o como raza, la respuesta será inmediata<br />
y efi caz. El sangriento motín de 1866, en el que perecieron muchos <strong>negros</strong>, se<br />
produjo principalmente por la escandalosa conducta de los <strong>negros</strong> hacia los blancos<br />
en las calles. También resulta remarcable y desalentador el hecho de que la mayoría<br />
de estos sinvergüenzas son <strong>negros</strong> que han recibido su educación gracias a la contribución<br />
fi scal de blancos. Disponen de los sufi cientes conocimientos como para darse<br />
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