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Feminismos-negros-1

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Cuando habla el espejo 287<br />

los individuos métis(se) se les ha negado el acceso a este aspecto de su herencia<br />

puede que lo compensen atravesando una etapa «súper-negra», «súper-africana»<br />

o «súper-afrocaribeña». Hasta que puedan combinar con efi cacia estas<br />

identidades dispares, sus interpretaciones del yo pueden ser simples caricaturas<br />

de representaciones racializadas, impuestas por el exterior, esencializadas<br />

y creadas por los medios de comunicación, de las personas negras / africanas<br />

/ afrocaribeñas.<br />

En el caso de Yemi, una fuerte discusión con su madre siendo una adolescente<br />

hizo que intentara suicidarse. En ese momento, su padre nigeriano<br />

intervino y asumió en exclusiva su crianza. Como consecuencia, Yemi tuvo<br />

entonces acceso a la cultura yoruba de su padre, que había sido considerada<br />

previamente como masculina, y de la cual había sido excluida. De hecho,<br />

en términos de parentesco, Yemi se refi ere a sí misma como «el hij o de<br />

su padre». 23 Sin embargo, no puede asumirse que conforme los individuos<br />

métis(se) atraviesan distintas etapas vitales, sus únicos problemas signifi cativos<br />

estén relacionados con la identidad étnica, racial y cultural. A continuación,<br />

el manifi esto malestar de Yemi con el tamaño de su pecho sirve como<br />

poderosa crítica a las aproximaciones unidimensionales a fenómenos socioculturales<br />

muy complejos ―las políticas de la identidad:<br />

Lo único que quería era tener menos pecho. Eso era lo único que me preocupaba. «Si<br />

simplemente tuviera menos pecho, todo estaría bien». Pero nunca sucedió, e imagino<br />

que nunca ocurrirá. Eso era lo que me parecía terrible de adolescente. Yo era<br />

como las demás. Mis pechos empezaron a crecer a los once años. Simplemente, no<br />

pararon. Los pechos de todas las demás dejaron de crecer a los once años y medio.<br />

Los míos siguieron creciendo. Cuando tenía trece años, tenía una noventa y seis de<br />

copa D. No conocía a ninguna adulta con tanto pecho. Era verdaderamente terrible.<br />

Mi madre no lo entendía. Decía cosas como: «Cuando te hagas mayor, se estabilizará».<br />

¿Cómo que se estabilizará? Mi madre no tenía mucho pecho, no tanto como yo.<br />

Ella es una persona más gruesa y yo era delgada y con este pecho. Era sólo pecho y<br />

unas gafas. Se me veía venir. Se veían unas tetas con unas gafas encima. Punto. Ésa<br />

era yo. Lo único bueno era que mis caderas eran anchas. Así que la noventa y seis<br />

era también una noventa y seis de cadera.<br />

23 Her father’s son, en el original: «el hij o del padre de ella». [N. de T.]

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