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120 vi. conclusionestradicionales. En este sentido, aún no se haprestado suficiente atención a los desafíos deeliminar las discriminaciones en la educaciónderivadas de las responsabilidades familiares y eltrabajo infantil (incluido el no remunerado) y cambiarlos métodos de enseñanza y los contenidoscurriculares explícitos y “ocultos” que “enseñan” aniños y niñas –y a los y las adolescentes– normas,pautas y expectativas sociales diferentes para unosy otras.La mayor incorporación de las mujeres al mundolaboral, así como el mayor acceso de las niñas enlos distintos niveles educativos, no ha modificadolas formas tradicionales de asumir las tareasdomésticas y la reproducción de la vida cotidiana.De este modo, al analizar las proyecciones de futurode las niñas y adolescentes se observa más unasumatoria de roles (madre, dueña de casa,trabajadora) que una redistribución deresponsabilidades al interior de la familia y un mayorapoyo de los servicios públicos. Ello se puedetraducir en la continuidad de los problemas de saludmental que viven las mujeres hoy en día, así comola dificultad para superar la discriminación femeninaen los ámbitos de la toma de decisiones, el trabajo yla vida pública.Existen barreras que atentan contra el derecho ala educación de las niñas y adolescentesmujeres en todos los nivelesa. barreras vinculadas con el propio sistemaeducativo:lExiste un limitado acceso a la educación inicial, loque sobrecarga a las niñas al delegárseles elcuidado de sus hermanos pequeños y laboresreproductivas –de uso intensivo de tiempo–asociadas al género.lEn las escuelas más vulnerables los recursoshumanos tienen capacidades limitadas, lo quedesincentiva a las niñas respecto de su formación,particularmente a aquellas que tienen algunadificultad de aprendizaje. Los establecimientoseducativos no son acogedores de los problemas ysueños de las niñas y, de hecho, las niñas queabandonan la educación dan señales conanterioridad que no son advertidas por el sistemaeducativo o, si lo son, este no tiene capacidad deactuar para prevenir la deserción.lLa valoración del sistema escolar por parte de lasniñas y las familias influye en su permanencia, dadoque pueden existir dudas respecto de que sea un“mecanismo confiable” para salir de la precariedad ylograr sus proyectos personales.b. barreras “extra-sistema educativo” que sevinculan a los ámbitos socio-económico, sociocultural,de salud sexual y reproductiva y en elacceso a una vida libre de violencia.lLos antecedentes analizados permiten plantearque no es suficiente con las estrategias focalizadasque delegan la responsabilidad por las acciones deprevención del abandono escolar de las niñas yadolescentes exclusivamente en las escuelas. Elobjetivo de alcanzar la educación secundaria en eltiempo apropiado debe ser abordado a través deldesarrollo de estrategias sistémicas ycomprehensivas que incluyan la participación de laspropias niñas, de los niños, de sus familias, de lacomunidad en general y de las autoridades.lEn particular, en este estudio hemos destacadoque la inseguridad económica que enfrenta grancantidad de la población de nuestra región es unfactor decisivo en el abandono de los estudios porparte de las niñas. En efecto, muchas veces másallá de lo que quisieran los padres y madres, lasniñas deben trabajar. Por efectos de la divisiónsexual del trabajo las niñas deben enfrentar unamayor preocupación por el cuidado reproductivo desu familia de origen y el uso de tiempo intensivo enactividades domésticas, lo que les enseña aconciliar desde muy niñas la vida familiar, estudiantil