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121y laboral, así como a “naturalizar” los costosinvisibles del trabajo no remunerado, lo cual lascoloca en una situación de desventaja en todo suciclo vital. Estos estereotipos marcantempranamente sus opciones ocupacionales ytrayectorias laborales y las exponen frecuentementea riesgos de explotación y servidumbre, bajossalarios en el mercado laboral y maltrato, abusos yviolencia sexual “puertas adentro”. Ello se traduceen que las niñas tengan una gran “pobreza detiempo”.lTambién se destaca como un aspecto que limita yafecta el pleno desarrollo de las niñas el racismo yla discriminación que muchas niñas sufren por suorigen racial o étnico. La discriminación semanifiesta en diversos ámbitos y de múltiplesmaneras y la escuela no está exenta de ello, por loque para algunas niñas este espacio se vuelvehostil y amenazante. Especialmente preocupante esla situación de interseccionalidad de ladiscriminación; es decir, cuando deben enfrentardos o más combinaciones de condicionesdesiguales por: ser mujeres, ser niñas, ser pobres,ser indígenas o afro-descendientes y por vivir enzonas rurales o apartadas.lLa alta prevalencia de la violencia en AméricaLatina, en todas sus expresiones –en la familia, enla comunidad y por parte del Estado–, unida a lasconcepciones tradicionales de género, redunda enla limitación de la autonomía de las niñas y lasjóvenes mujeres. Si socialmente se espera que laniñez y adolescencia sea una etapa de la vida enque es permitida la exploración como parte delaprendizaje, la inseguridad que se vive,especialmente en las ciudades, repliega a las niñasy adolescentes a los espacios domésticos,restringiendo sus oportunidades de desarrollaractividades de formación, recreación y participacióna la oferta de lugares cercanos y en horariosrestringidos. No obstante, ello tampoco asegura quelas niñas estén protegidas, puesto que una granparte de las violencias que enfrentan ocurren en lafamilia o son ejercidas por victimarios que les sonconocidos. De esta manera, las políticas deseguridad ciudadana, al no aplicar un enfoque degénero, están acentuando las limitaciones de lasniñas en el uso del espacio público.vi. conclusionesl Además, otra peculiaridad de América Latina esque la baja de la fecundidad total contrasta con laevolución de la fecundidad adolescente, cuyaintensidad aumentó en los últimos años en lamayoría de los países, en particular entre lasmenores de 18 años. Es así que el embarazoadolescente es una realidad que se resiste adisminuir, a pesar de la mayor información sobresalud sexual y anticoncepción de que disponen los ylas adolescentes en la actualidad. El embarazoadolescente es un factor que genera deserciónescolar, aunque la mayor parte de los países haestablecido normativas para salvaguardar la