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85“Mi problema es con mi hija, que no logro sacarlepalabra (…) Es ‘pico duro’, como dice mi esposo, esmuy reservada y no puedo saber lo que le estápasando” (madre, Perú).En síntesis, a pesar de ser tan clave en estos añosde formación, las familias no constituyennecesariamente un lugar de protección ni susrelaciones son del todo nutrientes.“Los problemas que tenemos los niños enGuatemala son la violencia de los adultos, lasmamás que les pegan a los niños porque llegancansadas de trabajar, el alcoholismo de los papás,que toman mucho, los hombres que violan a lasniñas, y también hay jóvenes que le quieren pegar ala mamá. Hay mucha violencia, los hombres lespegan a las mujeres, hay muchos drogadictos, haymuchos que consumen alcohol” (niño, Guatemala).b. violencia en la comunidadEl castigo como valor en la escuelaEn un estudio reciente realizado por Plan yUNICEF 80 se constata que la práctica de la violenciacontra los estudiantes sigue siendo común en laregión, a pesar de la mayor conciencia de derechosy el impulso a formas de convivencia pacíficas en elsistema escolar. Es preocupante que la práctica deinfringir castigos físicos de los educadores hacia susalumnos mantenga legitimidad entre los adultos:lEn Bolivia, cinco de 10 docentes señalaron que,“cuando es necesario”, se deben corregir algunasfaltas de indisciplina utilizando la violencia física.Siete de 10 docentes señalan que son los padres ymadres quienes les autorizan a utilizar el castigopara corregir a sus hijos e hijas, para queobedezcan y cumplan con sus deberes escolares.iii. barreras para la permanenciade las niñas en la educaciónlEn República Dominicana, la figura del policíaescolar encarna el uso del castigo físico. En elmomento de clases se observa al policía escolarcaminar con varas por los pasillos para recoger alos niños y las niñas que no han entrado a lasaulas: “el policía nos da varazos para que entremosdel recreo”; “la policía viene y pone a losmuchachos de castigo, nos pone 15 minutos al solsi nos portamos mal”; “la policía le da varazos a unoy le da duro”.Sin embargo, el castigo emocional permanece comouna práctica de violencia invisibilizada, frente a lacual existe menor conciencia de la vulneración dederechos que representa, que perdura y de la que nose asumen las consecuencias en la disminución de laautoestima y la autonomía de niños y niñas, asícomo su repercusión en el menor aprendizaje e,incluso, eventual deserción escolar. En Ecuador, unaencuesta en 23 escuelas muestra la prevalencia de80PLAN, UNICEF (2011), Violencia escolar en América Latina: superficie yfondo, PLAN/UNICEF, Panamá.