Enigma (Los Van Vladoisqui)

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Impenetrable guardia enviada desde Inglaterra, por si el señor Donegal se
encuentra entre la lista del asesino. La escolta...
- Caroline... Caroline - insistía la voz.
Entendí que no se trataba de mi imaginación.
Llevé mi cuerpo a la puerta del teatro y asomé con precaución mi
cabeza, al ver no más que soledad avancé unos pasos hacia los
últimos asientos.
- ¡¿Hola?! - Grité.
Mi voz se hizo un eco y de inmediato un crujido desgarrador voló
por el aire, unas sombras inquietas se movían fugazmente tras de mí,
mis ojos eran muy lentos para seguirlas. Los crujidos se hicieron más
y más fuertes. Luego un espectro negro se paró frente a mí, para
apreciar cada detalle de su aspecto.
Se cortó mi respiración, sentía que me ahogaba, pero era común en
mis visiones, por lo menos no moriría, podría estar así por horas
hasta que acabara la visión. El entorno comenzó a girar y las paredes
se caían dando paso a un nuevo lugar, un valle sombrío en el que se
veían a tres sujetos practicantes de magia negra atados a un posta de
madera al que prendieron en fuego.
El Miedo descabellado corría por mi cuerpo, por mi sangre, mi piel
bajaba su temperatura y mostraba un tono pálido, el aire pareciera
tener centímetros de grosor haciendo mi respiración agitada.
Las sombras aun gritaban, sentía como si lo hicieran en mi oído.
Miré con esperanza la puerta, pero esta se cerró con brusquedad,
corrí hacía ella y comencé a golpearla gritando y pidiendo ayuda.
- ¡Tranquila! ¡Estoy aquí! -
Sonó una voz tras de mí. Aunque nadie podría imitar su delicada
voz, ni siquiera de lejos. Dudé de mirar atrás para evidenciar si en
verdad era Tom.
- ¡¿Caro?! ¡¿Caro, eres tú?!-
Sonó otra voz tras la puerta.
La puerta se abrió e hizo visible a quien estaba tras ella, a Jimmy.
Corrí a sus brazos y lo apreté con fuerza como jamás antes lo había