Enigma (Los Van Vladoisqui)

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perforado con un puñal mi corazón frágil. Desde mi fiero grité
soportar tanto sufrimiento, y una lágrima comenzó a deslizarse por
mi mejilla. Luego continuó hiriéndome. Ese día había llegado.
Sabíamos que un día sucedería. Hoy es cuando… debo partir para
siempre aún desgarrado.
Cada palabra se enterraba en mi cuerpo como puñaladas, como
balas, y una llama empezó a arder en mi pecho y se esparcía por
entre mi sangre, enmudeció mi habla, cortaba mi garganta, sentía
agujas en mi legua que no me permitían pronunciar palabra alguna o
emitir siquiera un sonido.
Perdóname, lamento no estar vivo. Puedo ser todo menos tu
futuro. He complicado todo tratando de mejorarlo y te lo he hecho
mucho más difícil ahora y… su voz se deshizo.
En mis adentros, gritos desgarrados no me dejaban pensar, no en
algo más que no fuera en el agonizante ardor que me quemaba.
¿Cómo podía matarme así? Sé que en sus palabras ponía delicadeza,
aun así me resultaban viles y despiadadas.
Apreté mis dientes, encerré con tanto furor mi puño que mis uñas se
clavaban en mis palmas, por mis ojos descendieron cientos de
lágrimas, cada una narró que dentro de mí, el fuego estaba ardiendo.
Solo así pude resistir lo suficiente para pronunciar una breve frase.
Le recordé con la voz deshecha.
No te olvides de los manuscritos… Mencionó Lamento
haberte prometido muchas cosas que no podrán ser susurró con
un hilo de voz.
No…
La flama en mi garganta no me permitió decir más.
Tom apretó sus dientes y por entre ellos se le escapó un suspiro,
frunció sus cejas para combatir la lágrima que retenía desde el inicio.
Mira lo que te he hecho. Has llegado a despreciar la vida misma
por mi culpa con sus dientes castañeteando por la fuerza con que
los apretaba, pronunció con tirria tienes que entender que no soy
bueno para ti alivianó su cólera. Tú crees que soy tu felicidad,
pero no podrías estar más equivocada, un día la hallaras… pero no
conmigo. Lo siento