Enigma (Los Van Vladoisqui)

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- ¿Por qué piensa que tiene la obligación de verme o siquiera
hablarme? - Inquirió.
- ¿Eso está mal? - Pregunté.
- No. Me refiero a que no tiene que sentirse comprometida, ni ser
amable conmigo - aclaró.
- No se trata de eso. Es más bien... curiosidad -
Formó una vez más su sonrisa aplacada y dejó salir un suspiro de
entre sus labios.
- ¿Puede hacer que la melodía toque una vez más? - Susurró.
No recordaba la melodía que se alcanzaba a escuchar en mi
reproductor. Me pareció curioso que le resultara de interés; era como
una persona completamente normal; viva.
- Sí -
De modo que la repetí y esta vez desconecté los audífonos para que
pudiera escuchar.
Parecía estar pensativo, como si se llenara de recuerdos nostálgicos;
tenía su vista ida en el suelo. Su mano en el escalón estaba muy cerca
de la mía, casi se rozaban. Sentí curiosidad por saber si podía sentir al
tocarlo. Él notó que observaba nuestras manos y alejó suavemente la
suya. Levanté mis ojos y enfrenté su rostro.
- ¿No puedo sentirte? - Susurré.
- No - con voz seria y fría.
Desvié mis ojos de su rostro considerando que le molestó mi
pregunta. Sitúe mis ojos en mis manos, mi rostro era serio y callado,
me mantuve silenciosa sin mirarlo. No estaba enojada como él creyó.
- Lo siento. Me es difícil convencerme de que... estoy muerto ahora -
con tono aflictivo.
- Está bien - con voz suave.
Me observó fijamente a los ojos y algunas palabras se enredaron en
su lengua, pero rompió la duda.
-... ¿Puedo hacer algo? - Preguntó con sobriedad.
En mi cabeza comenzó un sorteo entre tantas posibilidades de lo que
significaba esa pregunta. Pasé saliva y contuve la respiración, con el
objetivo de que no notara mi agitación. Su pregunta en si no decía
nada. ¿Por qué siempre está hablando con rodeos? Supongo que aún