Enigma (Los Van Vladoisqui)

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acercara. Luego comenzó a señalar la pared y comenzó a suplicarnos
que no dejáramos que esa cosa se le acercara… narró
completamente ido en el recuerdo de su historia hasta que diferí y
regresó para mirarme.
¿Qué cosa? Interrumpí.
No lo sé. Nadie veía nada. Ella me miró a los ojos y me rogó que
la ayudara, le tomé la mano, estaba helada y le dije que me dijera
cómo… pero comenzó a llorar aún más y por último dijo que ya no
había nada que hacer
¿Qué quiso decir? Con un hilo de voz.
Supongo que… entendió que moriría. Pero eso no fue lo más
extraño. Ella me dijo… que te dijera que… las mentes cerradas no
ven los que las abiertas sí
Apenas pude parpadear, quedé atónita, sin poder pasar saliva
siquiera. Mis manos quedaron marcadas en la madera del escritorio
por la humedad en mis palmas, y de pronto mi respiración al igual
que mis latidos se sobresaltaron.
¿Qué… significa… porque… dijo eso? Balbuceé.
La verdad esperaba que tú lo supieras mirando con asombro.
No, ¿fue todo lo que dijo? Con tono desgarrado.
Sí, eso fue lo último que pronunció y comenzó a convulsionar…
hasta… morir. Jamás podré olvidar eso la voz se le rompió.
Durante varias horas quisimos tratar de darle un sentido a lo dijo
Emma, pero el suponer que su muerte la había provocado quien no
pertenecía a este mundo nos hacía temblar por hostilidad de un ser
paranormal. Esto ya no se trataba simplemente de sentir miedo, sino
que también ello dejaba entrever un peligro mortal para seres
vulnerables como lo era Emma, y como lo soy yo.
Por un largo tiempo tuve la cabeza aislada y pensando en otra cosa
no precisamente plena, pero era algo diferente al monologo interno
sobre el frio y ardor al mismo tiempo que me causa la perdida de él.
Cuando terminaron las clases Jimmy se dirigió a casa de Emma a
ofrecer su ayuda. Me hubiese encantado acompañarlo, pero la
actividad espectral que existía en casa de Emma me atormentaría