Enigma (Los Van Vladoisqui)

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me hacía entender que la tenía fija en mí. Aunque no pudiera verlos
pude observar como saboreó mi miedo con su mirada.
Alzó su brazo y expuso su mano de dedos largos y delgados, le daba
una apariencia de hueso, pero tenía piel. Con su palma en alto indicó
a los espectros detenerse, eso salvó a Tom, pero me angustié por lo
que pudiese venir para mí. Su imagen era justo como en mi sueño,
solo cambiaba en que era custodiado por dos espectros, cada
característica que se mostró en una pesadilla pasaba a estar delante de
mí, su viva imagen principal de todos mis temores me enmudeció y
paralizó los demás sentidos.
- Mira quien decidió unirse a nuestro encuentro, Tom. Que coraje
tan atrevido posees para estar ante mí, ¿acaso no tienes conocimiento
de quién soy?... - Preguntó de manera retórica con una voz seria y
hosca sin quitar la mirada de su fijación.
Aunque mi cuerpo fosilizado carecía de valentía para enfrentar el
pavor que me dominaba, mi garganta había bloqueado el paso de las
palabras.
- Soy Azrael, el opuesto al nacimiento. Sostengo sobre mis manos el
centro del paraíso e infierno. Preguntaría tu nombre pero me temo lo
sé de memoria, Caroline Thompson… -
Cuando pronunció mi nombre mi cuerpo ya helado se bajó aún más
a temperaturas extremas, mi alma se encogió por dentro, me
punzaba la piel. Mi hablar quedó impresionantemente atrapado entre
sus ojos, jamás miró otra cosa que no fuera yo, pues sentí el peso de
su mirar todo el tiempo.
- Eso es gracias a Tom, un longevo y querido huésped de mi
purgatorio. Es una pena que me haya decepcionado. - Con voz
lúgubre y amenazadora expresó con malicia sus próximas palabras -
Disfruto de tu presencia, pero es una pena para tu alma que estés
aquí presente -
- No. Por favor, es una mortal frágil, no la involucre en lo que es mi
culpa. Aún no es su turno -
- Sabes perfectamente que ya había llegado su turno, pero interferiste
y te lo permití, fui generoso, Tom. Sin embargo es una decisión
difícil que amerita de tiempo para consultarlo, ya que se trata de un
Ante Portam; no podría excusarme ante Lucifer si le arrebatara tan