Enigma (Los Van Vladoisqui)

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ojos comenzaron a clamar sueño, un gran bostezo me jalaba hasta la
cama.
- Debe ir a dormir. Lo siento, he perdido la noción del tiempo por
completo - susurró a mi oído.
- Sí, también me olvidé - murmuré.
- Debo marcharme -
Apuntó su cuerpo en dirección a las escaleras por donde supuse
subiría hasta desaparecer.
- Fue un placer - aduló.
- Igual para mí - coincidí.
Comenzó a caminar rumbo a las escaleras. Subía el segundo escalón
cuando recordé que había olvidado preguntarle cuando volvería. En
esta ocasión no quería pasar por lo mismo de antes, pero era
demasiado tarde, escuché los pasos de Dux dirigirse a la puerta y
abrirla, sin embargo, se detuvo. Quizás olvidó algo y se devolvió; eso
me dio tiempo y corrí hacia rudimento de las escaleras.
- ¡Aguarda! - Le pedí.
Se dio vuelta hacia mí y entonces proseguí.
- ¿Cuándo volverás? -
- Es incierto, pero intentaré mañana - susurró.
- Mañana pasaré la tarde en el parque de esquí - avisé.
- Entonces quizá vaya allí -
- ¿Cómo podrás saber dónde estaré mañana? -
- Créame. Lo sabré -
- Bien - le sonreí gentilmente y él respondió de la misma manera.
Se dio vuelta y siguió su camino lentamente, pero de pronto sentí
algo ardía en mi garganta y colgaba en mi lengua. Solo era cuestión
de segundos para que se marchara, tenía que preguntarle, o de lo
contrario la duda me azotaría por dentro. Debía hacerlo pronto, o
Dux saldría de la habitación y perdería la oportunidad, tal vez hasta
mañana.
- ¿Cómo es tu nombre? - Susurré.
Él se dio vuelta y guardó silencio unos instantes.
- Tom Bartolomé Van Vladoisqui -
Mi ceja se levantó en una reacción involuntaria ante el asombro. Su
apellido parecía distinguido y poco ordinario, encajaba perfectamente