Enigma (Los Van Vladoisqui)

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¿Cuántas veces necesité de él y estuvo ahí? Perdí la cuenta. ¿Cuántas
veces estuve ahí para él? Ninguna. Porque cuando era pequeña en lo
único que podía pensar era en el miedo, cuando pasé de los diez
pensaba solo en mi miserable vida, en los psiquiatras y en las
medicinas, luego de los quince pensaba en si sobreviviría.
Una gota de agua que había atravesado mi resguardo de la lluvia,
resbaló por mi pómulo, por lo que moví mi cuerpo cerca de Jimmy.
Él ni notó el movimiento al estar ido en sus pensamientos, imaginé.
Pero dio igual el cambio, dos gotas más bajaron por mi mejilla,
entonces comprendí que no se trataba de ninguna debilidad de la
sombra del árbol, sino que eran lágrimas escapándose de mis ojos.
Las limpié con rapidez.
Jimmy, de verdad lo lamento con tono liviano y exponiendo la
culpa.
¿Por qué? Declinó.
Rogabas porque tus padres nunca se divorciaran. Debió dolerte
expliqué.
Pero Jimmy se volvió brusco y pesado, descargó una parte de su
rabia contra mí. Me miró con ojos odiosos y echando chispas, se
dirigió a mí con un tono sarcástico.
La verdad no se pierde mucho. Irme no será nada malo. Mi papá y
yo no la llevamos bien, mi mamá aun es joven y puede buscarse otro
hombre que la haga feliz, ¿Cary? Bueno, solo es una chica más. Y mi
mejor amiga para todo lo que sirve es para guardarse secretos e
ignorarme
Sé que mi mirada explotaba en coraje, pero Jimmy tenía sus ojos en
otro lado como para sentirse intimidado por ella, que al inmediato
segundo se aplacó tras imaginar que tenía toda la razón. No era una
persona buena. Ahora, más que nunca, estaba reducida a nada.
Por lo menos tuve el carácter suficiente como para evitar más
palabras ofensivas y zafias de su parte. La consecuencia de esto, fue
que no medí el alcance de mis palabras, las cuales llegaron muy lejos
a una conversación que por sobre todo no estaba lista para enfrentar.
Me describiste perfectamente, por eso no tiene ningún sentido que
sigamos siendo amigos… la voz se me quebró.