Enigma (Los Van Vladoisqui)

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reconocido pintor, ni de detalles originales que destacaran una forma
única en los trazos del pincel, sencillamente contaba la historia de
una víctima; retrataba el rostro de un pequeño judío con una mirada
sin esperanza y ojos acabados de tanto llorar, tras él, se ve una ciudad
desolada después del paso del holocausto por culpa de alemanes.
Quizás mi mente me hizo una mala jugada, pero de sus ojos
húmedos bajó una lágrima por sus mejillas, aquello era anormal y era
algo para sentir miedo, pero no fue así, más bien me atrajo tristeza.
Aunque esa pintura ya me había asustado dos veces atrás, la primera
vez, parpadeó cuando tenía mis ojos fijos en ella; y la segunda, siguió
mi movimiento con los ojos. Definitivamente fue obra de alguna
presencia paranormal de gran poder para actuar así. Hace algún
tiempo la concluí como estancada, la declaré inocua y encarcelada
tras lo oleos, por eso no me representaba ningún temor, porque lo
que sea que se esté manifestando en esa pintura, está atrapado y no
me puede perpetrar ningún daño.
En el día viernes en horas de clase, exactamente en la hora de receso,
Jimmy acomodaba los últimos detalles de la salida que haría con
Cary, Derek, y yo a la convención paranormal que visitaba la ciudad.
Era una forma sutil de buscar respuestas sin levantar sospechas, ya
que el interés allí nos conduciría a todos. Otros amigos irían por
aparte, pero nos encontraríamos allí. Nos hallábamos sentados en
nuestra mesa que siempre ocupaba junto con Tommy, Frank,
Emma, Cary, Jimmy y Samantha a la hora del almuerzo, todo
marchaba bien hasta que gotas tibias de sangre se deslizaban por mi
nariz en una gran cantidad. Traté de pararlo tapando mi nariz con
mis manos y mandando mi cabeza hacia atrás, pero no funcionaba.
Jimmy y Tommy se levantaron de su lugar y corrieron a ayudarme.
"La atención, Caroline, llamas la atención".
No fueron los únicos que lo notaron, advertí a la mitad de los
estudiantes que tenían las miradas curiosas en mí.
- ¡Caro! ¿Estás bien? - Preguntó Jimmy.
- ¿Qué te pasa?- Seguidamente Tommy.
- Shsss... Descuiden, no sucede nada, estoy bien es solo... un poco de
sangre, por favor, no hagan un escándalo - les pedí.
- Vamos, hay que ir a la enfermería - insistió Jimmy.