Enigma (Los Van Vladoisqui)

71
Las cosas se asemejaban a lo indescriptible, no tengo las palabras. El
aire no llegaba hasta mí, y un pánico vacío y sofocador se creaba en
mi estómago subiendo por mi garganta, mi cuerpo ardía fieramente
por dentro, pero estaba helado y petrificado por fuera, mis ojos se
humedecieron y por mis mejillas se deslizó una lágrima que no pude
contener. Me sentí sin mi cuerpo; un penetrante peso asfixiante me
aplastaba el pecho, un vacío y una estrujante incomodidad en el
estómago. Aquella reacción en mi cuerpo ocurrió cuando el cinturón
dudoso se desabrochó de forma brusca. Todo se nubló y casi perdí la
conciencia, tuve que resistirme al desmayo, porque entonces no
tendría ni la más mínima esperanza de vivir.
Mi cuerpo se salía del asiento, Josh tenía los ojos desorbitados, notó
que ya no tenía cinturón que me sujetase al asiento, y como si fuera
el destino quien eligiera mi turno de morir, la enclenque barra sobre
mis hombros se soltó. Segundos de reacción; los eficientes reflejos
de Josh, que mando su mano derecha y sujetó mi brazo con firmeza,
y con la izquierda la pasó sobre mis hombros y me presionó fuerte
contra el asiento. Era cuestión de unos segundos para que el barco
girara por completo, entonces sería mi final, quizá viendo el lado
bueno: la cura a mi martirio.
- ¡Paren! - Gritó Josh.
Él no fue el único que gritó, otro grito ensordecedor de una mujer
que suplicaba lo mismo, vencía a los demás gritos de éxtasis. Se
desataron más gritos como aquel, comprendí que yo no era la única
que pasaba por lo mismo. Miré con espanto al encargado. Mi poco
optimismo por salir ilesa se desvaneció, al parecer el bullicioso ruido
del parque y los estruendos de la máquina no le permitían escuchar
los gritos de auxilio, quizá los identificaría como gritos cotidianos y
de emoción. Josh no paraba de gritar, cerré y apreté los ojos con
fuerza.
Un aire liviano y fresco, alivió mi cuerpo plenamente tensionado, y
entonces recuperé la esperanza.
Él apareció de pronto y me acudió, sé que no fue mi imaginación.
Las chispas que votó el control de juego fue lo que dirigió mí vista a
él, vi como apareció de la nada, su cuerpo se manifestó del aire y de
alguna manera su energía interfirió en la red eléctrica de la atracción.