14.05.2017 Views

Enigma (Los Van Vladoisqui)

¿Qué existe más allá de la línea de la vida? Caroline lo sabe, aunque deseara con fervor desconocer el mundo tras la muerte. Se consume en su maldición mientras sus gritos ahogados se van con el viento. Nadie la auxilia, pero conocerá a Tom, y en él encontrará unos brazos cálidos que la resguardan. Pero pronto surgirá un nuevo ardor: pues nacerá en ella un sentimiento prohibido, imposible, que la hala al más allá, en donde yacen sus pesadillas. Esta historia se introduce en lo desconocido, se basa en un nudo de misterios y se desarrolla lo imposible.

¿Qué existe más allá de la línea de la vida? Caroline lo sabe, aunque deseara con fervor desconocer el mundo tras la muerte. Se consume en su maldición mientras sus gritos ahogados se van con el viento. Nadie la auxilia, pero conocerá a Tom, y en él encontrará unos brazos cálidos que la resguardan. Pero pronto surgirá un nuevo ardor: pues nacerá en ella un sentimiento prohibido, imposible, que la hala al más allá, en donde yacen sus pesadillas.
Esta historia se introduce en lo desconocido, se basa en un nudo de misterios y se desarrolla lo imposible.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

232<br />

Temor vivo<br />

Con una mirada decidida sostendría entre mis manos un veneno<br />

mortífero, con las manos temblorosas, pero dispuestas, con mi<br />

rostro bañado en lágrimas y un recóndito y aferrado dolor constante<br />

en el corazón sangrante por las heridas invisibles que solo se sienten;<br />

la cabeza vagando entre recuerdos tristes del pasado y torturadores<br />

del presente. Tal escena me aguardaba en lo recóndito del después,<br />

en donde mi más grande temor se hizo vivo, fui su presa fácil y<br />

tentadora en su gusto, y el origen de aquel miedo encubierto desde el<br />

frío cortante del purgatorio, manipulaba un alma con sutileza, como<br />

el ángel y el diablo a cada lado de su mente.<br />

En la mañana de un domingo tras llegar de la iglesia, mi familia<br />

formalizaba los últimos detalles de un día de campo del cual desistí.<br />

Un riguroso examen que media el nivel de conocimiento en la<br />

escuela se acercaba; su importancia era alta para un futuro que<br />

mientras tanto tenía en cuenta; en realidad se trató de una excusa<br />

para no dejar la casa, pues un presentimiento inundaba mis<br />

esperanzas.<br />

Mis parpados estaban cansados de ver por la ventana, era una tarde<br />

tan trivial que dudé de que aconteciera algo; era una tarde perfecta<br />

para alguien que pensara en suicidio. Nada más que soledad cruzaba<br />

por aquella ventana en el estudio. Recuerdo de antes las risas que<br />

pasaban por allí, el zumbido de esas risas cruzaban la avenida y más<br />

allá quizás. Pero estoy hablando de once años atrás. A veces incluso<br />

no lograba recordar el sonido de mi risa.<br />

Recosté mi cabeza sobre el costado del mueble girado en dirección a<br />

la ventana, cerré los ojos y me dejé llevar por la calma, estar así era<br />

como tener un instante de reflexión conmigo misma; que todo lo<br />

vivido hasta ahí pasara por mis recuerdos. Qué triste que la amargura<br />

sea lo que más recuerde. Aunque hubo un recuerdo que me erizó los<br />

bellos, llevó la sangre a mis mejillas, una sensación tan abrasadora<br />

que cubrió el frío. Y es que el día que había visto por última vez a<br />

Tom no se convertía del todo en un recuerdo áspero o triste, puesto<br />

que en un lugar tan acre y terrorífico como lo es un cementerio pude<br />

sentir sus labios, sentirlo a él. Con las yemas de mis dedos comencé a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!