Enigma (Los Van Vladoisqui)

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que las personas revolotearan cerca de mí preguntando si me sentía
enferma; la afirmación obviamente falsa, en realidad me estaba
muriendo en otro tipo de sentir.
La frívola lluvia en primavera parecía ridícula, el semblante del día se
posaba bajo el crepúsculo que tapaba el sol. Bajo esa lluvia,
contemplaba a mi hermano riendo a carcajadas con las pulcras gotas
de agua cayendo sobre él. Cuanta fruición me causó la vista, cuanto
pesimismo me causó imaginar que nada así de alegre estaría dentro
de mí alcance.
Tenía miedo, pero este era un miedo diferente, era un miedo pagano
y retorcido a mi destino, en cuanto más larga se hacia mi edad más
miedos recolectaba en el camino. Me producía una incertidumbre
que arqueaba a mi pecho en donde solía tener un corazón.
Mientras yacía perdida en la vista no fui capaz de prestar atención a
la sombra de una persona posándose detrás de mí. Me cubría de la
lluvia bajo un árbol protuberante con mi espalda recostada en su
tronco.
¿Te sientes enferma? Preguntó Jimmy con amabilidad.
Tal vez un poco con tono decaído.
Si te sientes así, no deberías exponerte al aire libre con este frío, y
además estas mojándote. Deberías ir a la enfermería sermoneó.
No me alcanza a caer agua
Dominó el silencio por unos minutos. Consideraba seriamente en
decirle que ya no debíamos ser amigos, romper con él sin darle una
razón, sin una explicación; pues eso era precisamente lo que a Jimmy
le molestaba de mí. Pensé que se enojaría y así haría las cosas más
sencillas para mí, pero que fácil es planear y qué difícil es actuar.
Simplemente no me creí capaz, por ahora.
Escuché que Emma y tú… dejaron de ser amigas ¿Se pelearon o
qué? Planteó finalmente.
Quizá, fui grosera con ella con tono y expresión acida hacia el
tema.
Mi expresión lo silenció y lo puso a dudar con respecto al tema, pero
luego concretó otro mucho más molesto, o eso pensé.