Enigma (Los Van Vladoisqui)

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Corrí hasta la casa; llegué hasta la puerta, me fue difícil abrirla; no
conseguía hacer que la llave girara, pero al cabo de varios intentos lo
logré; me apresuré a entrar objetiva hasta el estudio y tomé el
portafolio. Después desvié la ruta de salida para mirar de rojo la sala,
para descartar su ausencia, pero en efecto, el lugar estaba
presuntuoso y taciturno. Así que, cerré con llave y me dirigí
caminando hasta donde Dux.
- ¿Listo? - Preguntó dándose vuelta.
- Sí - caminando tras él.
Cerramos la reja y avanzamos unos metros, pero recordé haber
olvidado en la mañana mi reproductor de música, y quise aprovechar
y traerlo conmigo como distracción a la tarde trivial. Dejé de ejercer
la acción de cerrar y miré al rostro de Dux.
- ¿Qué? - dedujo mi expresión.
- Olvidé mi reproductor... -
- ¡Ash! Apresúrate y tráelo - formando una expresión de desdén.
Le entregué el portafolio, atravesé la reja y corrí por el jardín hasta
alcanzar la puerta, otra vez me puso problema para abrirse. Una vez
superado el obstáculo, rebasé el vestíbulo y escale al segundo nivel,
proseguí hasta la habitación de Sarah, más concretamente en la que
me hospedo; urge rápidamente en mis pertenencias, pero no lo
hallaba. Supuse estar tardando así que suspendí el sondeo, me
encaminé a la puerta, sobrepasando el vestíbulo, saqué las llaves del
bolsillo de mi abrigo; al tomarlas apresuradamente resbalaron de mis
manos y cayeron al piso. Golpeé la puerta suavemente en son de
molestia y me agaché a recogerlas, con rapidez levanté la vista, miré
de reojo las escaleras a mis espaldas y luego la puerta, pero, tras
haber visto algo allí, retorné rápido mi vista a los escalones. Mi
respiración se agitó. Con lentitud levanté mi cuerpo y lo giré en la
misma dirección que mis ojos.