14.05.2017 Views

Enigma (Los Van Vladoisqui)

¿Qué existe más allá de la línea de la vida? Caroline lo sabe, aunque deseara con fervor desconocer el mundo tras la muerte. Se consume en su maldición mientras sus gritos ahogados se van con el viento. Nadie la auxilia, pero conocerá a Tom, y en él encontrará unos brazos cálidos que la resguardan. Pero pronto surgirá un nuevo ardor: pues nacerá en ella un sentimiento prohibido, imposible, que la hala al más allá, en donde yacen sus pesadillas. Esta historia se introduce en lo desconocido, se basa en un nudo de misterios y se desarrolla lo imposible.

¿Qué existe más allá de la línea de la vida? Caroline lo sabe, aunque deseara con fervor desconocer el mundo tras la muerte. Se consume en su maldición mientras sus gritos ahogados se van con el viento. Nadie la auxilia, pero conocerá a Tom, y en él encontrará unos brazos cálidos que la resguardan. Pero pronto surgirá un nuevo ardor: pues nacerá en ella un sentimiento prohibido, imposible, que la hala al más allá, en donde yacen sus pesadillas.
Esta historia se introduce en lo desconocido, se basa en un nudo de misterios y se desarrolla lo imposible.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

99<br />

- No me vas a decir - afirmé.<br />

- No - con tono seco y frívolo.<br />

Liberé un suspiró aderezado con resignación.<br />

- Bien… tienes razón, no lograré esclarecer todo en un solo día -<br />

El tiempo de espera para mi abuela se hacía muy largo. <strong>Los</strong><br />

manuscritos del abuelo poseían unas ochocientas hojas con<br />

horrorosas historias que debía leer, eso no lo conseguiría en un solo<br />

día. Tomé mi maleta y guardé en ella los escritos.<br />

Tom se dio vuelta y caminó hacia la biblioteca, y entre los tantos<br />

libros señaló uno de pasta negra, y me sugirió llevar aquel también.<br />

Su rostro reflejaba compasión, sus ojos líquidos azules exhibían un<br />

brillo deslumbrante y quiso decir algo que se quedó atrapado entre<br />

sus labios. Con su mano libre realizó el movimiento que se había<br />

pospuesto. Me hubiese gustado decir que sentí su caricia en mi rostro<br />

con las yemas de sus dedos, tal vez un roce frío, en realidad, solo<br />

sentí el aire de su aliento deslizarse por mis mejillas. ¿Qué me ocurría<br />

con él? Entonces mi corazón aceleró sus latidos, se volvieron<br />

bruscos y consecutivos. Tom apartó su mano de mi mejilla, y con<br />

una voz melódica que salía de entre sus labios.<br />

- Aquí estaré con usted cuando lo necesite. Le doy mi palabra.<br />

Tómese su tiempo - aseguró.<br />

- Ahora es mi turno de corresponder al trato - susurré.<br />

- No se sienta presionada. Dese tiempo.<br />

- Puedo hacerlo.<br />

Sus labios se curvaron formando una sonrisa en su rostro donde<br />

dominaba la expresión de sus cejas fruncidas.<br />

- Le enseñaré un lugar mañana… - murmuró cerca de mi oído con el<br />

mismo tono serio al que no creo poder acostumbrarme.<br />

La abuela había notado mi demora, pero igual no le dio importancia,<br />

también notó mi distracción mientras ella me hablaba y hacíamos el<br />

pie. <strong>Los</strong> manuscritos mantenían mi cabeza ocupada.<br />

Lo que restaba de la tarde lo dediqué a escuchar sus historias y ver<br />

las fotos de los álbumes familiares; eso me alejó de los pensamientos.<br />

En una de las fotos estaba el abuelo con alguien que definitivamente<br />

no me costó reconocer y distinguía desde ese día en la mañana, al<br />

profesor Donato Lewis, con quien había tenido un incómodo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!