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Enigma (Los Van Vladoisqui)

¿Qué existe más allá de la línea de la vida? Caroline lo sabe, aunque deseara con fervor desconocer el mundo tras la muerte. Se consume en su maldición mientras sus gritos ahogados se van con el viento. Nadie la auxilia, pero conocerá a Tom, y en él encontrará unos brazos cálidos que la resguardan. Pero pronto surgirá un nuevo ardor: pues nacerá en ella un sentimiento prohibido, imposible, que la hala al más allá, en donde yacen sus pesadillas. Esta historia se introduce en lo desconocido, se basa en un nudo de misterios y se desarrolla lo imposible.

¿Qué existe más allá de la línea de la vida? Caroline lo sabe, aunque deseara con fervor desconocer el mundo tras la muerte. Se consume en su maldición mientras sus gritos ahogados se van con el viento. Nadie la auxilia, pero conocerá a Tom, y en él encontrará unos brazos cálidos que la resguardan. Pero pronto surgirá un nuevo ardor: pues nacerá en ella un sentimiento prohibido, imposible, que la hala al más allá, en donde yacen sus pesadillas.
Esta historia se introduce en lo desconocido, se basa en un nudo de misterios y se desarrolla lo imposible.

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14<br />

yo centrara mi atención en ella si no hubiese tenido sus ojos sobre<br />

mí, su presencia me analizaba, y al poner mi fijación en ella respondí<br />

a su pregunta: ¿Sí acaso yo, podía notarla? Y sus labios se curvaron.<br />

El aire dejó de llegarme, de pronto asumió un grosor que dificultaba<br />

mi respiración, las manos me trepidaban, conocía bien lo que venía,<br />

así que era indiscutible no padecer pavor.<br />

- Listo, ya lo vi. Cojan las maletas - mencionó Dux, a su vez, tomó<br />

sus maletas y se encaminó hacia el hombre.<br />

Un escalofrío se incrustó en mis espaldas; es más sencillo de llevar<br />

cuando se está en orfandad, así nadie creerá que perdí la cordura.<br />

Colmé mis pulmones con una bocanada de oxígeno y agarré mi<br />

maleta, mi mochila al hombro, y fui tras ellos, pretendiendo<br />

ignorarla.<br />

- ¿Qué hay, Rich? - Dux estrechó la mano del sujeto, este le haló<br />

hasta él y palmeó el hombro de Dux.<br />

- Cuanto creciste, muchacho, estas enorme - con su mirada cubrió a<br />

Thomas y a mí, sonrió -. ¿Cómo están? -<br />

- Bien, gracias. ¿Podemos irnos? - solicité con apuro.<br />

- Sí… - le resultó extraño, pero estiró su mano para tomar mi<br />

maleta -, vamos -<br />

Dux y Richard fueron al frente, tras ellos caminaba Thomas y más<br />

atrás iba yo. Franqueé todos mis ángulos, esta vez no pude<br />

encontrarla, pero eso no separó mis nervios del borde del precipicio<br />

y así se mantuvo hasta que llegamos al auto en el estacionamiento.<br />

Debían poner el equipaje en el baúl, y durante la acción<br />

la atmósfera se tensó, en forma de brisa un helaje apaleó mi cuerpo,<br />

revisé el lugar, no se veía una persona próxima en metros. Entonces<br />

a la recepción de mis oídos llegó un ruido difícil de identificar, como<br />

un crujido proveniente de la garganta, lo escuché a mi retaguardia,<br />

muy cerca. Mi piel se erizó en respuesta y cada músculo se tensionó<br />

hasta privarme de algún movimiento; luego sonó como burbujas<br />

reventando, muchas de estas, y no me atrevía a espiar mis espaldas,<br />

más correctamente, mi cuerpo no lo permitía. Mi ritmo cardíaco se<br />

desbordó y la tensión se apoderó de mi diafragma, respiraba con<br />

ahogo y el volumen de mis inhalaciones y exhalaciones<br />

incrementaba.

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