Enigma (Los Van Vladoisqui)

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- Debo ir. Voy a estar bien, no te preocupes - mi voz era desgarrada
y abatida.
- ¿Qué no me preocupe? Es un cementerio en donde abundan
espectros. Por favor, Caro. No podré protegerte allí. Estoy seguro de
que tu abuela lo entenderá, no vayas - suplicó.
- ¿Por qué no puedes? -
- Solo no vayas - evadió mi pregunta insistiendo.
Unos arbustos se interponían entre mi vista que traslucía al auto que
llevaría el ataúd al cementerio, lo que vi me atravesó con un balazo
de escalofrío. Un presentimiento al igual que Tom me rogaba que no
fuera, pero el remordimiento me obligaba a arrastras a ir. Las cosas
se arreglaron un poco con Tom a mi lado y Jimmy manifestándose
entre las personas de negro tras el arbusto, era una vista borrosa de
él, pero lo reconocí.
- Lo siento… pero tengo que ir -
- ¿Por qué estás haciéndome esto? - Con tono suave.
- Tom, nada impedirá que vaya - con tono resignado.
Miré su rostro de decepción tras mi decisión, me afectó su mirar,
como si me pidiera a gritos que no fuera ¿por qué no podía hacerle
caso? Nuestras miradas colisionaron, me prometí a mí misma en ese
instante, jamás volver a permitir que Tom me viera de esa forma,
pero era solo por ese día, no podría decir que mañana sería diferente,
pero al menos ya habría acabado el funeral. Me di vuelta y me
introduje entre las personas de negro donde estaba Jimmy quien tras
verme me abrazó con fuerza.
- Caro… lamento mucho lo de tu abuela. En cuanto me enteré me
escapé de la escuela para venir. Imaginé que necesitarías a un amigo.
Aquí estoy para lo que necesites, lo prometo - ofreció Jimmy.
- Gracias, pero pudiste haber esperado a que salieras, vas a meterte
en problemas por mi culpa - opiné.
- Recuerdo haberte prometido que… siempre estaré para mi mejor
amiga - tomando mi rostro entre sus manos.
Al cruzar las rejas oxidadas que encerraban el cementerio percibí un
frío inmediato adherido en el soplo del aire, me quedé quieta con
Jimmy en mi compañía esperando que todos entraran, respiraba cada
vez con más exaltación cuando las personas disminuían su número